Venecia está ubicada en el norte de Italia, en el mar Adriático; además de ser una ciudad fantástica en términos de diseño urbano, también marcó fuertemente el arte plástico dentro de la historia occidental. Es un territorio integrado por un conjunto de islas en una especie de laguna de agua salada que tiene acceso al mar, donde es muy difícil acceder si no se conoce el lugar, de ahí que la ciudad haya tenido una fortaleza natural que la mantuvo alejada de enemigos, y este tipo de aislamiento por tierra, pero apertura hacia el mar, le dio una cualidad estética singular.

“Venecia supo conservar una clara influencia del mundo bizantino gracias al vínculo que tenía con Constantinopla, ya que en algún momento formó parte del Imperio Romano de Oriente; se dejó llevar por las influencias del arte gótico, que al tener edificios en donde pondera la presencia de las ventanas sobre la estructura masiva, le daba la posibilidad de contar con edificaciones ligeras, ya que hay que considerar que el lodo sobre el cual está situada la ciudad no es lo suficientemente estable para sostener edificios de gran peso, y otra cualidad es que al tener la libertad de no estar en contacto con las otras ciudades estado italianas, pudo desarrollar un arte único”, explicó la maestra Nuria Galland Camacho, Responsable de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina.

“Los venecianos son pioneros dentro de la pintura sobre lienzo, esta pintura que va a sustituir tanto al muro, al fresco, como a la pintura sobre tabla que es más rígida, pesada y costosa, debido al clima tan húmedo de la ciudad”, mencionó la experta en el Curso-taller de Historia del Arte, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM. Otra de las grandes atribuciones que tiene la pintura veneciana dentro de la pintura italiana es que es de las primeras en utilizar el óleo, esta técnica pictórica que diluye el pigmento en aceite y que provenía del norte de Europa.

El pionero de la pintura que pondera el color sobre la línea es Giorgione da Castelfranco, que trabaja fuertemente el efecto de luz y sombra. Dejó misteriosas obras, como La tempestad, en donde se observa un paisaje natural que anuncia una tormenta, pero lo que más sorprende es la presencia inexplicable de dos figuras humanas, por un lado, un joven vestido a la usanza de la época, observando a una mujer semidesnuda amamantando a su hijo.

Otras de las obras que mencionó la experta fueron La Asunción de la Virgen, Amor sacro y amor profano, Venus de Urbino y Baco y Ariadna de Tiziano Vecellio, El Gran Canal y la Iglesia de Santa María de la Salud de Canaletto y El Gran Canal de Venecia de Joseph Mallord William Turner.

Finalmente, la maestra Galland Camacho habló de Claude Monet, quien ya siendo muy viejo es convencido de visitar la ciudad de Venecia, donde se queda nueve semanas y pinta 37 obras: “Se queda totalmente impactado por la calidad lumínica, cómo la luz incide sobre la arquitectura y cómo ésta va cambiando radicalmente debido al tipo de luz y a los reflejos provocados por los canales”, concluyó.

Janet Aguilar