La pandemia no ha concluido, los contagios y defunciones mantienen cifras altas en México y en otras regiones del mundo, el riesgo de que aparezcan nuevas variantes del SARS-CoV-2 permanece latente. Es necesario continuar con medidas preventivas como distanciamiento social, uso de cubrebocas, lavado de manos o uso de gel antibacterial, para evitar contagiarse; además, seguir promoviendo la campaña de vacunación.

Cada ola de contagios ha sido diferente debido a factores como las características propias de cada variante viral, la variante delta del coronavirus tiene menor tiempo de incubación que el virus original, y en la población mexicana ha generado menos cefalea, mialgias, artralgias y malestar general, pero aumentó síntomas como rinorrea; el virus se ha vuelto menos sintomático, lo cual explicaría en parte que la mortalidad no disminuya, pero sí los casos de contagios reportados.

El doctor Gustavo Olaiz Fernández, Coordinador General del Centro de Investigaciones en Políticas, Poblaciones y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que retomar clases presenciales en niveles básicos implica riesgos que no hay que minimizar; asimismo, hablar menos de la pandemia o normalizarla no significa que haya terminado.

Destacó que actualmente 37.4 por ciento de la población del país tiene esquemas de vacunación completos, no obstante, esta cantidad es menor al promedio internacional; aunado a esto, cada vez hay más personas que no quieren vacunarse. Indicó que las vacunas han mostrado ser un apoyo valioso para contener la pandemia, pero también se requiere contar con un tratamiento terapéutico para las personas contagiadas.

“Los tres puntos cardinales que necesitamos para el control de la pandemia son pruebas más efectivas, que tengan mayor sensibilidad y especificidad; un tratamiento que sea claramente efectivo y de fácil dispensación y, finalmente, las vacunas”, comentó.

Asimismo, explicó que la Máxima Casa de Estudios cuenta con la plataforma UNAM Salud COVID-19 (www.salud.covid19.unam.mx), tiene cuestionarios de tamizaje y, en caso de detectar factores de riesgo, canaliza al usuario a call centers o a módulos de pruebas de detección; también incluye módulos de información sobre el regreso a actividades presenciales, un panel de información y una sección de preguntas frecuentes sobre COVID.

Este sistema permitirá a la comunidad conocer la situación de salud individual y a nivel plantel, por ello, es recomendable contestar los cuestionarios de seguimiento diariamente antes de acudir a la Universidad. Su uso favorecerá un regreso mejor controlado a las actividades presenciales, además cuenta con una aplicación disponible para iOS y Android.

En la charla “Seguimiento y medidas sanitarias para SARS-CoV-2 en la Facultad de Medicina”, transmitida por Facebook Live, el doctor Olaiz Fernández subrayó que hay medidas para disminuir la transmisión viral, pero dependen de la participación colectiva, un ejemplo claro es el uso de cubrebocas; también hay condiciones protectoras como el ambiente caluroso y húmedo que disminuye la vulnerabilidad del huésped; la radiación solar y ultravioleta aumenta los niveles de vitamina D y la capacidad de resistencia a infecciones virales; además, es importante la ventilación en espacios cerrados.

En este ámbito, señaló que realizar las actividades educativas, sociales y laborales al aire libre es la mejor opción. Recomendó abrir puertas y ventanas en espacios donde sea seguro y donde los niveles de contaminación ambiental lo permitan. Otra medida importante es la medición de CO2 en áreas concurridas, ya que al ser espirado junto con aerosoles de personas infectadas es un indicador de las concentraciones del virus en interiores.

El punto ideal para desarrollar cualquier actividad en espacios cerrados debe ser inferior a 600 partes por millón de CO2 y no debe rebasar el límite de mil partes por millón, ya que en ese caso habrá que suspender actividades, evacuar y ventilar ese lugar. Respetar estos niveles de dióxido de carbono implica un menor riesgo de transmisión de coronavirus si de forma simultánea se respetan las medidas sanitarias pertinentes. La Facultad de Medicina y la UNAM monitorean estos niveles en sus instalaciones para proteger a su comunidad.

En su oportunidad, el doctor Omar F. Carrasco Ortega, Jefe del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM, consideró que la época invernal podría causar un aumento del número de contagios, tal como sucedió en países como Rusia.

Aclaró que la utilización de fármacos y vacunas tiene un riesgo implícito, hay probabilidad de desarrollar una reacción adversa, sin embargo, ésta generalmente es leve y haciendo un análisis riesgo-beneficio es conveniente aplicarse la vacuna contra COVID, pues esta medida ha demostrado reducir la mortalidad por infección viral.

Destacó la importancia de vacunar a las personas menores de 18 años; en este sentido, mencionó que es necesario continuar investigando y basarse en la evidencia de los estudios realizados en población infantil. Siguiendo esta línea, explicó que el nuevo esquema propuesto por Pfizer que consiste en aplicar a los niños un tercio de la dosis que se aplica en adultos, abre el camino para explorar nuevas dosis en otras vacunas.

El doctor Carrasco Ortega informó que a nivel mundial actualmente hay más de 6 mil 500 estudios clínicos buscando una opción terapéutica contra la COVID, varios de ellos se realizan en México. Una estrategia terapéutica consiste en detener la replicación viral que se da en el organismo tras el contagio, los fármacos estudiados para este fin son remdesivir y molnupiravir, ambos agentes antivirales; otra estrategia es utilizar anticuerpos contra SARS-CoV-2 como el AZD7442, propuesto por AstraZeneca, pero no ha mostrado resultados tan prometedores.

Después de la fase de replicación viral inicia la respuesta inflamatoria, que lleva a varios pacientes a requerir ventilación asistida, para esta fase de la enfermedad se exploran fármacos como artesunato, imatinib e infliximab, este último utilizado en enfermedades inflamatorias autoinmunes.

El especialista recordó que cuando se dio la pandemia por influenza se desarrolló una estrategia terapéutica rápida gracias al oseltamivir, posteriormente se reforzó el programa de vacunación; en el caso de esta pandemia ocurrió lo contrario, se creó una vacuna pero aún no hay tratamientos farmacológicos eficaces.

También recalcó que las medidas sanitarias empleadas durante la pandemia han sido efectivas, pues no solamente han disminuido los casos de contagios por COVID, sino también los de otras enfermedades infecciosas que se transmiten por aerosoles o por tocar superficies contaminadas.


Ricardo Ambrosio