En el ámbito académico y profesional es una necesidad la edición, redacción y publicación de textos como informes, avances de investigación, artículos en publicaciones, papers, capítulos de libros o incluso libros enteros. Escribir puede ser parte de un requisito o compromiso laboral, un requerimiento para avances académicos, para permanecer o avanzar en una organización o formar parte de un proyecto individual o colectivo.

Cada tipo de texto tiene una estructura determinada por los editores, las instituciones responsables o las convenciones y/o tradiciones académicas, esta estructura determina características como la extensión, uso del lenguaje, de los términos científicos, estilos de citación, derechos de propiedad, etcétera.

Estas características están predeterminadas para unificar criterios que serán de utilidad para los revisores o compiladores de textos. Una vez que el autor se adapta a los requerimientos, revisa y corrige el texto, éste será revisado para decidir si es publicado o no.

“Si vamos a escribir es importante que creamos que lo podemos hacer, todos podemos escribir; al llegar a la universidad hemos acumulado cuando menos 13 o 14 años de conocimiento de nuestro idioma. Escribimos para dialogar, para pensar y compartir”, señaló el licenciado Oscar Maya Corzo, encargado de la Biblioteca “Dr. Nicolás León” del Palacio de la Escuela de Medicina.

Explicó que es importante redactar, revisar y corregir un texto varias veces antes de editarlo o imprimirlo; asimismo, no importa la extensión sino la calidad. Antes de escribir es necesario leer, revisar la literatura que existe al respecto, además de compilar artículos o capítulos de libros, textos especializados, literatura técnica y científica y recursos audiovisuales, además de reflexionar sobre la trascendencia de lo que se va a escribir.

En la segunda sesión del “2º Ciclo de cursos virtuales: aprende el acceso y uso de la información con el Sistema Bibliotecario de la Facultad de Medicina”, moderada por los licenciados Javier Díaz Castorena y Mercedes Cabello Ruiz, académicos del Sistema Bibliotecario, el licenciado Maya Corzo destacó que es importante que el texto sea legible, entendible, de ser posible original y que cumpla los requisitos que determina el editor o el autor. Recomendó utilizar herramientas de lenguaje como diccionarios generales, de términos médicos, bilingües y de antónimos y sinónimos, además de enciclopedias, los recursos de la Biblioteca Médica Digital y recursos de acceso abierto como Biomed Central o Plosone.

Por otra parte, indicó la importancia de incluir referencias bibliográficas y citas de calidad para identificar la información que se ha tomado de otros autores, con este fin se pueden utilizar gestores de referencias como Mendeley, Zotero o BibMe.

De igual forma, sugirió recurrir a bases de datos como Scopus y Web of Science para saber qué tanto se citan las diversas publicaciones, así como crear un perfil de autor en ORCID para evitar la suplantación de identidad y el robo de ideas.

La sesión fue dedicada en memoria de la licenciada Claudia Juárez Rivera, integrante del equipo de la Biblioteca “Dr. Valentín Gómez Farías”.

Ricardo Ambrosio