La transversalización de la perspectiva de género es una estrategia para conseguir que las experiencias y preocupaciones de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte integrante de la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas, sociales y culturales, para que hombres y mujeres puedan beneficiarse de manera igualitaria, evitar la discriminación y conseguir la igualdad de derechos.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por su sigla en inglés) fue el primer tratado normativo a escala internacional que habló sobre los derechos de las mujeres, se aprobó en 1979 y fue ratificado por el Estado mexicano en 1981.

“A la fecha México ha recibido nueve recomendaciones en materia de violencia sexual y feminicidio por la CEDAW”, explicó la licenciada Thania Yli Ramírez Alpízar, Titular de la División de Transversalización e Igualdad del IMSS, quien señaló que existen otros organismos a nivel internacional que han trabajado para erradicar la violencia de género.

En México, en 2001, se creó el Instituto Nacional de las Mujeres, que ha retomado la perspectiva internacional de la lucha por los derechos de las mujeres, sin embargo, no ha logrado permear a nivel local o municipal; en este sentido, la licenciada Ramírez Alpízar destacó que uno de los grandes retos de la transversalización es que las dependencias locales se apeguen a los estándares del Instituto Nacional.

Por otra parte, señaló que es necesario que los puestos que se relacionan con la agenda de género sean ocupados por personas con capacidad, conocimiento e interés para hacer visible la lucha y los problemas de violencia de género, más que por personas que participen por obligación.

En la conferencia, transmitida por Facebook Live, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y moderada por la maestra Karla Vázquez Barrera, Presidenta de la CInIG de la Facultad de Medicina de la UNAM, la licenciada Ramírez Alpízar explicó que otro reto es que los institutos creados en México rindan cuentas en materia de género, lo cual es complicado debido a que las acciones de los programas muchas veces no tienen una óptica de género y no destinan el presupuesto a acciones prioritarias. Asimismo, destacó la importancia de no aislar la violencia de género de la violencia generalizada, pues ambas tienen un común denominador: reconocer que la óptica de género es necesaria en todas las áreas e instituciones, así como sensibilizar y erradicar la violencia contra las mujeres en los espacios laborales, entre otras medidas.

“El hecho de que sean un reto no significa que sean imposibles, son cosas por superar, e incluso mejorar y crear, tener la creatividad que a nivel internacional se tuvo con la creación de convenciones y comisiones permanentes que fueron innovadoras, y que apostemos los hombres y mujeres a una sociedad igualitaria donde no aceptemos cosas que no podemos cambiar, sino que cambiemos cosas que no podamos aceptar”, concluyó la especialista.

Ricardo Ambrosio