El tema de la felicidad nos ha preocupado mucho a los seres humanos, quizá desde el inicio de nuestro pensamiento y ha sido abordada por diversas áreas, como la filosofía, las ciencias de la salud, entre otras, pero ¿cómo podemos definir a la felicidad y sus implicaciones?
“Muchas veces la felicidad se confunde con la alegría, a mí me gusta considerar a la felicidad como un estado, porque una emoción como la alegría tiene una duración breve y la felicidad puede ser un estado que te acompaña”, indicó la doctora Beatriz Georgina Montemayor Flores, académica del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La ponente explicó que la felicidad se construye y es dinámica, pues cambia durante el ciclo vital de cada persona: “Cuando somos jóvenes nuestro nivel de felicidad es muy alto, cuando llegamos a la edad madura y enfrentamos el mundo, esta disminuye, pero sorprendentemente conforme vamos envejeciendo se incrementa de nuevo”, comentó la experta.
“Si bien no todo depende de nosotros, en la felicidad sí podemos tener un poco de control, desarrollando hábitos que fortalezcan este estado, entendiendo quiénes somos, cuáles son nuestros proyectos, lo que nos gusta hacer, haciendo lo que mejor nos sale, participando en algún proyecto, e ir alcanzando poco a poco diferentes objetivos para ir generando este hábito de la felicidad”, destacó la doctora Montemayor Flores.
En la conferencia de prensa, organizada por la Facultad de Medicina y la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM y transmitida por YouTube (https://bit.ly/3tYuYN0), el maestro Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la UNAM, recalcó que según los últimos datos reportados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la felicidad en México ha disminuido, pues hace algunos años nuestro país se encontraba dentro de los países más felices del mundo, y actualmente se posiciona en el lugar número 23; siendo los estados más felices de la República Mexicana, Oaxaca y Nayarit, en contraste con Sonora y Coahuila, donde los niveles de felicidad son menores.
Subrayó que algunos indicadores utilizados para medir el índice de felicidad, y que hacen que este estado no sea subjetivo, son la vivienda, el salario, el trabajo, la comunidad en la que nos desarrollamos, el nivel de educación al cual se puede acceder, la conexión con el medio ambiente, el compromiso cívico, la salud, la satisfacción, el balance entre la vida y el trabajo y la seguridad, destacando que al haber un aumento en la inseguridad en los últimos años en México, este país ha disminuido su nivel de felicidad.
Por otro lado, el maestro González Oscoy aseguró que la meditación es una herramienta de la cual se puede echar mano para alcanzar la felicidad, pues dentro de los efectos que se han observado al practicar esta actividad, se ha encontrado que lleva a un aumento en el tejido de la ínsula y la corteza prefrontal, zona donde los especialistas aseguran existe una mayor actividad neuronal cuando estamos felices, así como una disminución del tejido en la amígdala.
Azucena Xancopinca