La autofagia es un proceso catabólico conservado en la evolución que afecta diversos procesos fisiológicos que van desde el desarrollo embrionario hasta el envejecimiento de los organismos. Las desregulaciones en la autofagia promueven el surgimiento de numerosas enfermedades como el cáncer, la neurodegeneración o enfermedades metabólicas.

“Entendemos como envejecimiento fisiológico a los cambios asociados a la edad en moléculas, células y órganos que aumentan la probabilidad de morir, es decir, es el decaimiento de funciones con el paso del tiempo que llevan a la muerte”, señaló la doctora Susana Castro Obregón, Investigadora Titular del Departamento de Neurodesarrollo y Fisiología de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM. En el envejecimiento el flujo autofágico se altera y no hay una degradación adecuada del contenido de los autofagosomas.

Asimismo, afirmó que la especie conocida como Heterocephalus glaber (ratopín, rata topo lampiña) siempre tiene la autofagia funcional, por lo tanto, es una especie longeva, y no presenta signos de envejecimiento, no así en los seres humanos, en quienes la falla en la autofagia contribuye al envejecimiento.

Destacó que en especies como Drosophila melanogaster y C. elegans, el aumentar la autofagia sólo en neuronas aumenta la longevidad, y reducirla en neuronas produce neurodegeneración en ratones.

“El proceso de senescencia celular está conservado en la evolución y algo muy interesante es que aparece en regiones muy específicas del desarrollo donde participa en la morfogénesis, las células senescentes se presentan en gradientes, en un patrón que asemeja la distribución de morfógenos”, subrayó la doctora Castro Obregón.

En el Seminario de Investigación del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, transmitido por Facebook Live (https://bit.ly/3qXTgWS) y moderado por las doctoras Virginia Inclán Rubio, Jefa del Departamento, y María del Carmen Cárdenas Aguayo, Coordinadora de Investigación, la doctora Castro Obregón explicó que la principal característica del fenotipo por el que se le conoce como senescencia celular es que estas células secretan un conjunto de moléculas que tienen funciones esenciales para el desarrollo embrionario, como las metaloproteinasas que remodelan la matriz extracelular; también producen quimiocinas que atraen al sistema inmune, lo que lleva a que las células sean reconocidas y eliminadas por macrófagos.

De igual forma, esas células no tienen la capacidad de dividirse, pues tienen un arresto sostenido a diferencia de las células quiescentes, ejemplo de esto son las células troncales, que tienen un arresto reversible, es decir, las células troncales en respuesta a un estímulo mitótico pueden dividirse, las células senescentes aunque llegue el estímulo mitótico no logran hacerlo.

“Otra característica que tienen es que presentan la capacidad de expresar moléculas inhibitorias del ciclo celular como p21 o p16, también son resistentes a estímulos apoptóticos, ya que sobreexpresan proteínas anti-apoptóticas, y en el núcleo cambia la estructura de la cromatina, se establecen focos de heterocromatina, los cuales son conocidos como focos de heterocromatina asociados a la senescencia, que cambian el patrón de expresión de genes”, explicó la investigadora. 

Azucena Xancopinca