En el marco del Día del Padre, en el Seminario Permanente de Género en Salud, a cargo del Programa de Estudios de Género en Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM, el maestro Roberto Garda Salas, Director de Hombres por la Equidad, AC, profundizó en el tema de la paternidad y explicó lo que ha representado en los últimos años ser papá.
“Lo que se ha propuesto desde el positivismo, es una identidad masculina que promueve el abuso del poder de los hombres, que se ubica en el racionalismo masculino como eje de su identidad, y en el poder y sus símbolos como el dinero o el trabajo […]. Todo el mundo rechaza la imagen del padre autoritario, éste ha sido el sujeto construido desde hace miles de años por el patriarcado, y eso ha sido el sustento del Estado contemporáneo y la construcción del capital”.
El especialista señaló que una primera propuesta de alternativa ha sido promovida por las masculinidades. Comentó que la teoría de las masculinidades rechaza la idea de masculinidad vinculada a la racionalidad y propone lo que se conoce como
masculinidades: mayor expresión emocional, mayor participación en el trabajo doméstico, autocuidado del hombre, comunicación con la pareja y, por supuesto, una paternidad afectiva. Estos estudios son impulsados a raíz de la crisis de la masculinidad que comenzó a tomar fuerza hace 50 años, en los años setenta, con el ascenso de la segunda ola del feminismo igualitario.
El problema con estos estudios, consideró el maestro Garda Salas, es que proponen una agenda moral a los hombres: que sean “buenos”, particularmente buenos papás, y tendrían que ser financieramente proveedores, emocionalmente sensibles y moralmente buenos, y ser “un buen papá” significaría tener la voluntad y actitud para serlo: “Este es el tipo de propuesta y sujeto que se está erigiendo desde una mirada de las masculinidades, que quiere ser propuesta a la mira de una paternidad tradicional o autoritaria”, enfatizó el especialista.
Durante la ponencia, moderada por el doctor Ariel Vilchis Reyes y transmitida por Facebook Live (https://bit.ly/3O6Yuc0), el maestro Garda Salas propuso salir de esa agenda moral de los estudios de las masculinidades. Señaló que el punto de partida debiera ser el realismo, entendiendo por éste la comprensión de las prácticas de convivencia de los hombres con sus hijas e hijos, y la forma en que logran -o no- que sus hijos ejerzan sus derechos humanos. Con ello, se pasa de una agenda moral a una política donde se busca poner al poder como el centro de la preocupación para comprender la paternidad: “Con esto evitamos ver si los hombres son buenos o malos, y lo relevante es comprender la conducta de los papás varones. Lo importante es investigar lo que los hombres hacen en la convivencia con sus hijos e hijas y en las consecuencias de estas convivencias, en la comunicación e interacción, y desde una mirada crítica y no moral, ni masculinista o autoritaria”.
Concluyó que hay una necesidad social de encontrar al padre amoroso protector, pues existen políticas que buscan fomentar esos aspectos del padre; sin embargo, la experiencia concreta de los hombres que deciden ser padres no es sólo emocional, y para los papás las dificultades concretas del trabajo y la violencia son relevantes: “Debemos comprender que la realidad de la paternidad es lo único que permite no sólo una mejor comprensión de los hombres, sino nos permite diferenciar entre aquello que requerimos como hijas e hijos, y lo que los hombres viven al cuidar a las hijas e hijos”, aseveró el maestro Garda Salas.
Azucena Xancopinca