Historias de Éxito #MujeresFacMed

Me llamo Perla Patricia Abarca Hoyos, desde mi infancia tuve el sueño de ser médica, el camino siempre fue claro de lo que quería seguir, y la verdad en ningún momento intenté explorar otras opciones, porque el hecho de conocer el cuerpo humano y todas las funciones fue lo que más me interesó.

Elegí la especialidad de Medicina Familiar porque ejerce con una perspectiva integral, donde ayuda no sólo al paciente, sino a todo el núcleo que lo rodea, como su familia. Para poder impactar en la salud de una persona, lo más importante es llegar a su núcleo social, y un médico familiar se puede involucrar desde el periodo prenatal hasta el último momento de su vida, independientemente del género o cultura del paciente.

Lo que más me inspira a desarrollarme día con día en mi práctica médica es el agradecimiento de los pacientes, porque nos confían detalles o algunos padecimientos que incluso ni su propia familia los conocen.

Algo de lo que más disfruto de la Medicina Familiar es que la formación nos permite contar con competencias profesionales en varias áreas de la Medicina; podemos realizar investigación, docencia, diagnosticar y manejar un sinfín de padecimientos, y si logramos combinar todo esto, el resultado es mucho mejor.

Mi profesión me ha enseñado que la salud es lo que más tenemos que conservar, porque el cuerpo tarde o temprano nos cobra facturas; por eso, lo más importante es aprender a cuidarlo, y los médicos podemos ayudar creando conciencia a la población a través de la prevención.

Cuando me enfrento a un problema analizó mucho, me gusta ver todas las posibles opciones y siempre intento irme por la mejor. Un doctor me decía “siempre tienes dos opciones, la buena y la mala, y de cada uno depende lo que va a hacer”, entonces hay que analizar hasta encontrar la mejor opción para cada reto.       

El que seamos actualmente más mujeres desempeñándonos como médicas, es un gran avance, pero hay que tomar en cuenta que una mujer líder consigue inspirar al resto; por lo tanto, debemos romper con los estereotipos y motivar a nuestras compañeras o a nuestras similares a buscar el liderazgo, ayudarnos a abrir más caminos, ya que la meta es eliminar los obstáculos de desempeño en el área de salud para llegar a ocupar puestos de alta responsabilidad, donde todavía hay poca presencia de mujeres.

Las mujeres hemos demostrado tener buenas habilidades de comunicación con los pacientes, hemos logrado ser un poco más empáticas, entonces creo que es muy útil para lograr tener un impacto favorable en la salud poblacional.

Uno de mis mayores logros en mi carrera ha sido concluir mi posgrado en Medicina Familiar, lograr quedar en los primeros lugares y publicar un trabajo de investigación en una revista internacional, pero también el haber hecho una rotación en Colombia por parte de la UNAM y del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Actualmente trabajo en la Unidad 12 de Medicina Familiar del IMSS, de Lázaro Cárdenas, Michoacán, y disfruto mucho lo que hago. Mis planes a futuro son continuar actualizándome, realizar otros posgrados, considerando la posibilidad de hacer una maestría para poder otorgar una mejor atención a los pacientes.

Mi mensaje para otras como yo es que, si se proponen una meta en la vida, no desistan, con esfuerzo y perseverancia lo lograrán.