“La producción y comercio de opio se convirtió en una economía de subsistencia para muchos habitantes de zonas rurales mexicanas a partir del llamado ‘Milagro Mexicano’“, consideró el doctor Juan Antonio Fernández Velázquez, académico de la Universidad Autónoma Indígena de México.

En el marco del Ciclo de Conferencias 2022: Sustancias Psicoactivas en Contexto, organizado por el Seminario de Estudios sobre la Globalidad, el Programa Institucional Ética y Bioética FacMed y el campo de conocimiento de Bioética del PMDCMOS, el especialista abordó la ponencia “Historia del mercado ilegal de las drogas en México”, moderada por el doctor David Fajardo y la doctora Claudia Rafful.

El objetivo de la charla fue analizar el recorrido histórico, la trayectoria y tendencias en la economía ilícita de las drogas en México, permitiendo así observar el comportamiento del mercado de la heroína y la mariguana mexicana y su impacto en los consumidores estadounidenses.

El mercado ilegal nace cuando existe una demanda efectiva y potencial insatisfecha de bienes y servicios, cuyos usos han sido prohibidos”, indicó el doctor Fernández Velázquez al señalar que “debe de haber actores que, a pesar de las sanciones impuestas por una sociedad que castiga a la producción y comercialización de dichos productos, se atreve a evadir las leyes para manejar el mercado”.

Asimismo, recalcó que la reducción de la oferta restringe su disponibilidad y obstaculiza el acceso, por lo que incrementa el costo y los riesgos de vender droga.

En el contexto del mercado ilegal, el ponente abordó la  historia de distintas drogas como el opio, la morfina y la heroína, su llegada a México, así como los inicios de su uso recreativo y médico: “Se forman grupos de familias a manera de clanes, con vínculos sanguíneos, vecinales o comerciales, dando base al origen del narcotráfico”, añadió.

Un reportaje de la Organización de las Naciones Unidas estimó que en 2016 había alrededor de 25 millones de usuarios de opioides a nivel mundial, lo que eleva la demanda de producción de amapola para cubrir la necesidad de heroína.

El doctor Fernández Velázquez apuntó que el modelo de redes de narcotraficantes coloca a los productores o cultivadores en el nivel más bajo del eslabón de la venta ilegal de drogas, seguido de los intermediarios, procesadores y traficantes.

En promedio un productor de amapola percibe entre 200 y 300 pesos mexicanos diarios en la jornada, mientras que en el mercado negro tiene un precio comercial de hasta 47 mil dólares el kilo; a pesar del poco salario, es mucho más redituable que una siembra de café o maíz, por ejemplo”, detalló en la conferencia transmitida por Facebook Live (https://bit.ly/3EykryT) y YouTube (https://bit.ly/3yzt2O7).

Para el especialista, el nacimiento de las drogas sintéticas fue un verdadero declive para el mercado ilegal de drogas en México, pues se comenzaron a despreciar las sustancias producidas en México con el argumento de que son de baja calidad y a preferir las creadas en laboratorios, aunque esto no detuvo la producción mexicana.

 Luz Aguirre