La neurotoxicidad es la capacidad de los agentes químicos, biológicos o físicos de producir cambios funcionales o estructurales adversos en el sistema nervioso central o periférico, siendo las principales sustancias neurotóxicas los disolventes orgánicos, los plaguicidas y los metales pesados como el plomo, el mercurio y el magnesio, entre otros.
‘’La importancia de la evaluación de los efectos que pueden causar estos productos, específicamente los de origen químico, es que a medida que se incrementa su uso, también lo hace el número de trabajadores expuestos a estas sustancias, por lo que es de suma importancia tener medidas de prevención y control, y hacer un diagnóstico precoz a través de pruebas neuropsicológicas, y así tratar de contrarrestar los efectos a largo plazo que pueda causar la exposición a estos productos”, explicó el doctor Cuauhtémoc Arturo Juárez Pérez, investigador en la Unidad de Investigación de Salud del Trabajo en el Centro Médico Nacional “Siglo XXI” del IMSS, al presentar el tema “Efectos neurotóxicos de metales, disolventes orgánicos, plaguicidas y su evaluación“.
En la sesión 214 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, moderada por el doctor Rodolfo Nava Hernández, Coordinador de Salud en el Trabajo de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, el experto detalló que “si queremos evaluar de una manera adecuada es necesario estandarizar a quienes van a aplicar las pruebas, esto quiere decir que los examinadores deben ser responsables y motivados, ya que necesitan dominar de manera precisa las técnicas que utilizarán al momento de la evaluación, y así poder crear un ambiente que no fatigue al trabajador ni al mismo evaluador, de tal manera que la calidad de atención e información sea la adecuada para que los resultados sean los más confiables”, comentó.
También destacó que la toxicidad de los disolventes orgánicos depende del mecanismo de acción y la cantidad o dosis de exposición, la cual dependerá de la concentración en el aire, la dosis que ingresa al organismo, la solubilidad en la sangre y la actividad física que la persona afectada hubiese realizado al momento de la exposición a la sustancia.
El doctor Juárez Pérez indicó que los cambios originados por las sustancias neurotóxicas pueden ocurrir en los órganos, los tejidos, a nivel celular, subcelular o bioquímico, debido a que las alteraciones llegan a afectar al sistema nervioso central, endocrino y periférico, incluyendo los pares craneales: “Es muy importante prevenir los efectos que provocan estos elementos, ya que pueden ser irreversibles; un agente tóxico puede ser perjudicial en aspectos sensoriales, cognitivos y motores, llegando a afectar incluso el estado de ánimo y la personalidad del individuo”, mencionó.
En el Seminario Permanente de Salud en el Trabajo transmitido por Facebook Live, el ponente concluyó que “de nada sirven las investigaciones si no empezamos a cuestionarnos y exigir a los empleadores que hagan los lugares de trabajo más seguros e implementen medidas de intervención para combatir los problemas que genera el manejar este tipo de sustancias neurotóxicas; en particular, los que pueden llegar a causar efectos neurológicos y neuropsicológicos”.
Vicky Enrimar