La celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de México, caracterizada por el regreso simbólico de los muertos al mundo de los vivos para visitar los altares puestos en su honor; para preservar esta costumbre, la UNAM realizó la vigésimo quinta edición del Festival Universitario de Día de Muertos, Megaofrenda 2022, coordinado por la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO), bajo la temática “100 años de Muralismo”.
Así, el 1 y 2 de noviembre, la Facultad de Medicina de la UNAM y otras 38 entidades universitarias expusieron sus ofrendas en la explanada de la Facultad de Arte y Diseño (FAD), la cual por primera vez fue sede de este importante evento cultural. En la inauguración, donde estuvieron presentes directores y representantes de diversas entidades universitarias, el doctor Mauricio de Jesús Juárez Servín, Director de la FAD, expresó sentirse muy orgulloso de recibir a las diferentes instituciones de la UNAM y por todo el trabajo que hicieron en la realización de sus ofrendas, ya que “son un reflejo de lo que son nuestras costumbres, nuestra cultura y el respeto que tenemos por nuestros muertos, creo que hemos vuelto a revivir lo que es el Día de Muertos con intensidad, creatividad y con el impulso que los estudiantes le dan a cada una de sus ofrendas”.
Por su parte, la maestra Paola Morán Leyva, Secretaria Técnica de Vinculación, en representación de la doctora Rosa Beltrán Álvarez, Coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, recordó que en esta edición se realizaron diversas actividades culturales que incluyeron música del Dúo Tonalli, Los Purépechas, Pico de Gallo, Proyecto CYGNUS, Calacas Jazz Band y Yolotecuani sones de Tixtla; obras de teatro como De la muerte a la calavera, De duelo y resiliencia, y Cuando soñé que podía recordar de Buitre Amargo; lo mejor de la danza con presentaciones como Hortensias para Laura y Desde la vida y hasta la muerte, Danza regional mexicana y Danza amor:ir; así como la charla “La representación mexicana de las brujas”.
En su oportunidad, la maestra Mireya A. Ímaz Gispert, Titular de la DGACO, mencionó que el muralismo es un importante referente de una época, pero también de una historia que continúa para las y los mexicanos, por lo que es importante la participación de los estudiantes para que conmemoren a los grandes muralistas de México; además, agradeció la entusiasta participación de todas y todos para que “este festival nos permita recordar a nuestros muertos, pero también nos permita conocer nuevas y nuevos amigos y mantener viva esta tradición tan mexicana”.
El mural de Francisco Eppens
Debido a que la Facultad de Medicina cuenta con uno de los más emblemáticos murales que forman parte de la Universidad, elaboró con material reciclado una versión de La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos del pintor, escultor y grabador Francisco Eppens; este mural cuenta con la característica de haber sido montado sobre un muro curvo, por lo que se construyó de manera que fuera desmontable y se utilizó mosaico de vidrio para representar las figuras y elementos prehispánicos que lo conforman.
Para realizar la versión recreada, los más de 60 participantes, entre donadores y realizadores, utilizaron botellas de PET cortados, botes de tetrapack pintados, discos compactos rotos, cajas de cartón recortadas, taparroscas de plástico pintadas, así como lentejuelas de varios colores y tamaños, pinturas, papel picado y flores.
En el mural aparecen los elementos de la naturaleza: el primero es el fuego a través de llamas de las que salen dos manos naranjas que sostienen una semilla en germinación y el polen; en el aire, representado por un cielo azul oscuro, vuelan una mariposa, un zopilote real y un águila; sobre la tierra, encarnada en los senos de la Coatlicue, aparecen el maguey, el cactus y el algodón, los cuales son símbolos de la vida, mientras que la muerte es representada en forma de calavera que devora una mazorca de maíz.
Asimismo, muestra a Tláloc, dios de la lluvia y el agua, quien está rodeado por un ajolote, una rana, un caracol y un pez; en un plano central y superior a éstos hay una cabeza trifásica, la cual tiene en el lado izquierdo el rostro de una mujer indígena, por el lado derecho el de un hombre europeo, y entre ambos forman la cabeza de un hombre mestizo.
Para simbolizar la renovación, hay una serpiente verde escamada que se muerde la cola y está rodeada de símbolos, figuras y elementos, para los cuales se hizo un montaje en diversos planos con el aglomerado de fibras para sostener los múltiples elementos que tiene el mural original.
En los costados de la plataforma del mural se colocaron dos espacios, donde las personas podían subir a tomarse fotos, y la parte superior estuvo decorada con flores de cempasúchil y de otras clases, así como papel picado acompañado de pequeñas calaveras de barro.
Karen Hernández