La Unidad de Investigación UNAM-INC se originó de un convenio en colaboración entre el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” (INC) y la Facultad de Medicina de la UNAM, con el objetivo de desarrollar proyectos que contribuyan al mejor conocimiento de los padecimientos de la salud, así como favorecer métodos de diagnóstico, pronóstico o tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y especialidades afines.
Este convenio lo inició el doctor Enrique Graue Wiechers, Rector de la UNAM, y se puso en operación durante la gestión del doctor Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina, en 2018: “Esta colaboración representa un gran honor para los académicos y los estudiantes interesados en la investigación, porque estar en una institución de salud nos permite un acercamiento con los pacientes”, destacó la doctora María Magdalena Aguirre García, responsable de la Unidad de Investigación UNAM-INC y del Laboratorio de Inmunobioquímica Molecular y Cardiopatías.
La Unidad cuenta con áreas de investigación, interpretación, trabajo de escritorio, cuartos de cultivo, cuarto frío, espacios de lavado y un bioterio. Está dividido en tres pisos: la planta baja que sirve para recibir a los pacientes; el primer piso con laboratorios para el personal del INC; el segundo pertenece al Instituto de Investigaciones Biomédicas; y el tercero es totalmente de la Facultad de Medicina.
“Algo fundamental a destacar es que hacemos Medicina Traslacional, es decir, se trabaja en conjunto con la parte clínica y la investigación básica, formando un gran equipo de trabajo, con la misión de generar técnicas, diagnóstico y tratamientos de vanguardia que ayuden a mejorar la salud y calidad de vida del paciente”, expresó la investigadora.
Estudiantes de pregrado y posgrado de diferentes instituciones son los que hacen uso de los laboratorios a cargo de la doctora Aguirre García, y actualmente hay tres de estancias posdoctorales; nueve alumnos de posgrado: cuatro de Doctorado y cinco de Maestría; tres de Servicio Social en Investigación; tres tesistas de Licenciatura; y 10 estancias del Programa de Alta Exigencia Académica y del Programa de Apoyo y Fomento a la Investigación Estudiantil.
Como parte de su equipo de trabajo están los Técnicos Académicos de la Facultad de Medicina: la doctora Alma Escalona Montaño, la bióloga Ofelia Pérez Olvera y el médico veterinario zootécnico Daniel Sánchez Almaraz, a quienes agradeció por sus contribuciones con los estudiantes, pues gracias a su dedicación se encuentran desarrollando 11 protocolos de investigación derivados de las líneas de microbiota y parásitos; además, del 2018 a la fecha han generado 29 publicaciones de artículos.
Asimismo, comentó que en los últimos años la microbiota ha ejercido una función moduladora del sistema inmune a través del reconocimiento de elementos agresores por parte de componentes intestinales, la producción de mediadores y la generación de respuestas para mantener la homeostasis intestinal inmunológica.
“Por lo anterior, mi grupo de investigación se ha enfocado en el estudio de la microbiota oral e intestinal relacionada con enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y de la cavidad oral, como: síndrome coronario agudo, hipertensión arterial, síndrome de Marfan, depresión y ansiedad, amiloidosis, lupus eritematoso, secuelas post COVID-19, caries y enfermedades periodontales”, agregó.
También, mencionó que la información obtenida es muy relevante porque no existen muchos datos sobre la microbiota de los mexicanos: Los antecedentes en otros países muestran que existe variabilidad en los resultados, ya que existen diversos factores que influyen en la microbiota como lo es: edad, género, ubicación geográfica, el entorno familiar, el estrés y específicamente la dieta que se tiene; por ejemplo, los mexicanos consumimos el maíz, aunado a nuestra gastronomía mexicana, la cual es muy diversa; en diferentes estados del país existen platillos típicos que se caracterizan por estar muy condimentados y con un exceso de grasa, este último un atractivo para la población. Lo anterior favorece a no tener una alimentación balanceada, ocasionando un desequilibrio en nuestra microbiota intestinal y, como consecuencia, la aparición y desarrollo de diversas enfermedades. Por lo que es importante conocer la riqueza y diversidad de la microbiota de la población mexicana para restablecer el equilibrio si existe un problema grave y aprender a cuidarla de manera correcta a través de la dieta y el ejercicio, para recuperar y mantener la salud.
Por otro lado, señaló que en la línea de investigación de parásitos se enfoca en el área de Inmunoparasitología en la búsqueda de moléculas candidatas para el diagnóstico y blancos terapéuticos para el tratamiento de la Leishmaniasis; ya que los tratamientos farmacológicos que existen en el mercado, los parásitos han mostrado resistencia, por tal motivo es urgente la búsqueda de nuevos medicamentos para el tratamiento de dicha enfermedad. Por otra parte, el estudio de las proteínas fosfatasas de leishmania en la patogenicidad y biología del parásito, y caracterización de proteínas de secreción de parásitos aislados de pacientes con Leishmaniasis ha sido esencial para conocer las herramientas que tiene el parásito para evadir el sistema inmune y poder ocasionar la enfermedad.
Finalmente, la doctora Aguirre García externó su felicidad porque existan muchos jóvenes interesados en la investigación en Medicina Traslacional, e invitó a la comunidad a que sigan informándose en ese tema.
Karen Hernández