Con el objetivo de que las y los jóvenes universitarios tengan un espacio para que analicen de la mano de especialistas la forma en que establecen relaciones significativas en su dimensión personal, escolar y profesional, desde febrero de este año, como parte del 4º Ciclo del Cine-debate “Salud mental y universitarios”, se organizan sesiones el último jueves de cada mes de 17:00 a 20:00 horas, bajo la coordinación de la doctora Olga Marina Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, y la licenciada Mary Carmen López Betancourt, trabajadora social clínica adscrita a la Clínica de Atención Integral para las Adicciones.

Las tres primeras sesiones se enfocaron en la dimensión personal con la finalidad de que las y los asistentes comprendieran que en las relaciones íntimas y significativas que establecemos con parejas, amigos y familia se experimentan emociones de bienestar y malestar como parte de la convivencia cotidiana.

En la 3ª sesión se transmitió la película Encanto, la cual narra la historia de la familia Madrigal, que vive escondida en las montañas de Colombia, en una casa mágica situada en un enclave llamado Encanto; todos los integrantes tienen un don único, desde la súper fuerza hasta el poder de sanar enfermedades, menos Mirabel, quien descubre que la magia está en peligro y ella, a pesar de no tener ningún don, podría ser la última esperanza.

Fotografías cortesía del DPSM, FM, UNAM

El doctor Francisco Acatzin Espinosa Müller, académico de la Facultad de Arquitectura, explicó que “el sentido de pertenencia en una familia nos permite construir el proceso de individualización en el cual empezamos a tener la necesidad de diferenciarnos de ese grupo social para poder lidiar con las partes externas; por otro lado, el personaje de Bruno es muy interesante porque demuestra que en todas las familias hay secretos, son como elefantes blancos que están en medio de la sala que, a pesar de que son muy visibles, nadie los quiere ver, pero es necesario que dentro de las dinámicas familiares esos elefantes sean notados, y el papel de Mirabel cumple la misión de revelar el secreto y desenmascarar a la persona que aparentemente atenta contra el orden establecido para que aprendan a lidiar con lo oculto”.

“En las familias todo es muy dinámico, y en los Madrigal había una matriarca que quería que todo mundo fuera rígido, por ende, no cabían los personajes que querían una individualización; Bruno no era el problema, figuras como él son conocidas como chivos expiatorios, que son a quienes cargan las culpas y nadie habla de ellos, pero aquí la abuelita es la que les asigna un peso enorme a los demás hasta que Mirabel se lo hace ver y en ese momento cambiaron las cosas”, indicó la doctora Violeta Eréndira Pérez Mejía, psiquiatra y terapeuta familiar en el Instituto Nacional de Pediatría.

Asimismo, puntualizó que es importante conocer la historia de cada uno de los familiares para entender por qué reaccionan de la manera en que lo hacen y de esta forma tener la oportunidad de resignificar y construir nuevas relaciones familiares, más empáticas, amorosas y con capacidad para identificar, describir y regular las emociones.

Karen Hernández