En la sociedad actual, las madres de familia desempeñan un papel fundamental y multifacético, ya que, además de las responsabilidades tradicionales de cuidar y criar a sus hijos, muchas se enfrentan a desafíos adicionales en el mundo moderno derivados de su ingreso en el mercado laboral y de las exigencias sociales agregadas. Debido a ello, al ritmo acelerado de la vida y los cambios en los roles de género, se han presentado implicaciones significativas para su salud mental.

La falta de tiempo para ellas mismas y la sensación de tener que equilibrar múltiples roles pueden generar altos niveles de estrés y agotamiento, además, sobrellevar todas las expectativas culturales y sociales sobre cómo deberían ser como madres y esposas, a menudo generan presión adicional, lo que puede llevar a sentimientos de culpa y auto exigencia que van mermando el estado
de bienestar de este grupo poblacional.

Para el 2022, el total de mujeres en el país era aproximadamente de 66.4 millones, de los cuales poco menos de 35 millones estaban en el rango de edad de entre los 15 y 49 años, representando el 52 por ciento del total de mujeres, y alrededor de 8 millones tienen más de 59 años; la mayoría se encuentra en la Ciudad de México y en el estado de Oaxaca, sin embargo, de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población con base en la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica, aproximadamente un 22 por ciento de las mujeres en edad fértil residen en zonas rurales y 78 por ciento en zonas urbanas; con base en estas estimaciones, la tasa global de fecundidad es de 2.01 hijas o hijos por mujer y se espera que el 2030 disminuya a 1.88.

Las mujeres que más contribuyen a la fecundidad en nuestro país se encuentran en los grupos de entre 20 y 24 años, y de 25 a 29, sin embargo, la mitad de las mexicanas que tienen alrededor de 22 años ya han sido madres para ese momento de al menos una hija o un hijo, y esto puede tener implicaciones importantes en las oportunidades educativas, laborales o de esparcimiento, ya que la maternidad no sólo confiere a la mujer la responsabilidad de crianza, sino también cambia en cómo se le percibe en la sociedad y en el lugar de desempeño académico y/o profesional.

Es por esto que, durante la quinta sesión del “Foro de preguntas y respuestas 2023, Hablemos claraMENTE”, organizado y moderado por la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, y transmitida por YouTube, se presentó el tema “¿Pan comido? Hablemos de las implicaciones en la salud mental de las madres de hoy en día”, donde un panel de expertas exploró las implicaciones y desafíos que enfrentan las madres en el mundo actual, así como las estrategias para el autocuidado, apoyo emocional y equilibrio entre la maternidad y otras responsabilidades.

La doctora Iliana Caballero, médica ginecoobstetra del Centro Médico Nacional “La Raza” y académica de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, mencionó que “hoy en día una buena parte de mujeres menores de 25 años decide salirse de todos estos roles de género que la sociedad ha impuesto por décadas debido a las implicaciones socioculturales, responsabilidades, la culpa, los compromisos, en fin, todo lo que implica ser mamá multitask, debido a que ellas están conscientes por lo que han visto en su entorno, y me parece maravilloso, ya que una debe ser feliz porque quiere ser feliz y cada quien decide cómo hacerlo”.

Por su parte, la licenciada Ana Lilia Guerrero Viloria, responsable de la Clínica de Violencia de Género del DPSM, indicó que “el primer paso para mejorar nuestra salud mental es validar y reconocer nuestras propias emociones, preguntarnos qué es lo que está pasando y qué es lo que nos está llevando a ese nivel de estrés que ya no es sano, y que ya no nos está motivando e impulsando en el día a día, sino que se está convirtiendo en un problema a nivel de cuerpo y emociones”.

Asimismo, la licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos Alicia Ramírez Huerta señaló la influencia de una cultura pro-anorexia en el pasado y su impacto en la salud mental de las madres actuales, comentando que “durante mucho tiempo, las madres han enfrentado la presión de no sentirse suficientes y han luchado por aceptarse tal y como son, y la falta de felicidad y autoaceptación puede dificultar su camino en la vida, por lo que es fundamental abordar estos desafíos y promover una cultura de aceptación y amor propio para que las madres presentes y futuras puedan vivir plenamente y disfrutar de una salud mental positiva”.

Por su parte, la doctora Olga Marina Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, enfatizó la importancia del autocuidado y la prevención en relación con nuestra identidad. En su perspectiva, aprender a ser uno mismo implica darle un nuevo significado a la posesión material y reconocer que la prevención es fundamental para cultivar nuestra verdadera esencia. En consonancia con estas ideas, concluyó que es crucial sentirnos merecedores de ser quienes somos para poder recibir y dar amor.

Finalmente, la doctora Lucía Ramírez García, médica cirujana con formación en medicina estética y antienvejecimiento, destacó el cambio significativo en la salud mental de las madres hoy en día, ya que, según su opinión, ser madre en la actualidad implica una convicción.personal, contrastando con épocas pasadas, donde las mujeres no tenían control sobre sus propios cuerpos. “Hoy en día, las mujeres son dueñas de su cuerpo y tienen la capacidad de tomar decisiones propias en relación a la maternidad, demostrando que este cambio ha tenido un impacto importante en la salud mental de las madres, brindándoles una mayor autonomía y capacidad de decisión sobre su vida y la crianza de sus hijos”, señaló.

En resumen, el panel de expertas destacó que es importante reconocer las implicaciones en la salud mental de las madres actuales y tomar medidas para brindarles el apoyo necesario; esto incluye promover una mayor conciencia pública sobre los desafíos que enfrentan, fomentar la creación de comunidades de apoyo y el autocuidado, además ser sensibles a las nuevas tareas que se han agregado a la importante pero compleja labor del maternaje.

Vicky Enrimar