La Noche de Museos de junio del Palacio de la Escuela de Medicina fue el momento idóneo para conocer más de las
Cárceles de la Perpetua, sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en la Nueva España, el cual se encargaba de perseguir y castigar los actos que iban en contra de la fe, las buenas costumbres y la moral cristiana.
Fotografías: Carlos Díaz
El dramaturgo y director de escena Francisco Hernández recordó algunos de los personajes que fueron encarcelados en lo que ahora son espacios para la difusión cultural y el aprendizaje académico, tales como Fernán González de Eslava, un poeta, dramaturgo y sacerdote católico español que castigaron por fomentar el arte; Guillén de Lampart, un hombre destacado con ideas revolucionarias que fue juzgado por defender los derechos de los indígenas, los negros y los mestizos, así como iniciar los movimientos independentistas; y los Carvajal, integrantes de una familia que practicaba el judaísmo, razón por la cual la Santa Inquisición los sentenció y acabó con sus vidas en la hoguera.
En el monólogo “Las prisiones de Dios”, bajo la dirección y dramaturgia de Francisco Hernández, el actor Máximo Maváz encarnó a Cotita de la Encarnación, un mulato afeminado que en 1657 fue condenado a la hoguera. Su pecado no fue la manera en la que vestía o el hecho de que era lavandero, una acción considerada de mujeres, sino que lo descubrieron teniendo relaciones homosexuales cerca de uno de los ríos que había en la Ciudad de México.
“Estas historias son un simbolismo de que aunque nos encadenen el cuerpo y nos flagelen, los ideales permanecen hasta el último momento, como lo fue el de Cotita de la Encarnación y el de los demás personajes castigados en este recinto”, puntualizó Francisco Hernández.
Después de disfrutar del monólogo y de las interesantes crónicas y leyendas narradas por los seis guías del Palacio,
los asistentes realizaron una visita guiada dentro de las Cárceles de la Perpetua. La Noche de Museos fue coordinada por la doctora Mónica Espinosa, responsable de Promoción y Difusión Cultural del Palacio.
Karen Hernández