Debido a las características manifestaciones del Trastorno del Espectro Autista (TEA), a nivel de interacción social, comunicación, restringidas áreas de interés, así como las alteraciones a nivel sensorial con hipo o hipersensibilidad táctil, auditiva u olfativa, las y los pacientes con este padecimiento también sufren de dificultades al dormir, ya que sus ciclos del sueño se ven afectados por alteraciones en las latencias, ciclos de sueño más cortos respecto a poblaciones con otros trastornos del desarrollo y poblaciones de bajo riesgo. La desincronización provoca trastornos del ritmo circadiano, la presencia de otros trastornos del sueño es frecuente y asociada a condiciones biológicas y ambientales, con manifestaciones conductuales, cognitivas, anímicas e impacto en la salud y calidad de vida de los pacientes, padres y cuidadores.

Ante ello, el doctor Rafael Santana Miranda, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, enfatizó la importancia de acudir con profesionales de la salud especializados en sueño, para que brinden estrategias diagnósticas y tratamientos oportunos para pacientes con TEA y para la población en general, argumentando que la mayoría de los problemas que vivimos como sociedad se deben a la restricción del sueño que se han adoptado en los últimos años, con mayor impacto en la población en edad temprana y factores de riesgo de alteraciones en el neurodesarrollo.

Fotografías: Brisceida López

Por L. Ixchel Díaz