Con los años y de manera imprevista, la Cárcel Distrital de Tizayuca, Hidalgo, se convirtió en un penal de máxima seguridad con graves problemas de hacinamiento. Después de su cierre, un grupo de talentosos artistas propuso una intervención efímera que combina artes plásticas, luz y sonido para honrar la memoria de aquellas personas que vivieron el encierro en ese lugar. Con el objetivo de alcanzar a un público más amplio, se creó el documental Tejidos bioluminiscentes, el cual fue presentado en la Noche de Museos de septiembre del Palacio de la Escuela de Medicina.

Al llegar al recinto, los guías dieron la bienvenida al público y lo dividieron en grupos para recorrer las salas del Museo de la Medicina Mexicana y las Cárceles de la Perpetua lo que alternaron con visitas al Paraninfo para conocer la producción cinematográfica de los directores Ricardo Benet y Julio Ontiveros, en la que se muestra cómo las instalaciones de la Cárcel Distrital de Tizayuca se convirtieron en el escenario de 40 manifestaciones artísticas realizadas por Argeo Mondragón, Darío Meléndez, Krysia González, Leo Monzoy, Trevor Gavilán y César Salazar.

Fotografías: Carlos Díaz

Así, los más de 380 asistentes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre la violencia que había dominado previamente un lugar que hoy en día se presta para promover la cultura y dialogar con Julio Ontiveros, Argeo Mondragón y Trevor Gavilán al final de las proyecciones que se hicieron del documental . Además, escucharon los conmovedores relatos que narran la soledad experimentada en la Cárcel de Tizayuca. La Noche de Museos fue coordinada por la doctora Mónica Espinosa, responsable de Promoción y Difusión Cultural del Palacio.

Por Karen Hernández