La película El diablo viste a la moda muestra la historia de Andrea Sachs, una recién graduada en periodismo que consigue el trabajo “que muchas chicas morirían por tener” como asistente de Miranda Priestly, la poderosa editora de una revista de moda. A pesar de sus aspiraciones periodísticas, Andy ve esto como un desafío personal y una oportunidad de aprendizaje, por lo que se obsesiona con complacer a Miranda, lo que la lleva a alejarse de su vida familiar, amigos y novio mientras se adentra en el mundo de la moda.

En el marco del 4º Ciclo de Cine Debate “Salud mental y universitarios”, organizado por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, el doctor Benjamín Guerrero López, Jefe del DPSM, comentó que “cuando estamos en la escuela, cada quien elige a sus amistades, pero cuando llegamos a un trabajo, no decidimos a nuestros compañeros, por lo que tenemos que adaptarnos a ellos. Habrá personas con quienes es fácil relacionarse, pero también otras muy difíciles, como es el caso de Miranda”.

Asimismo, mencionó que se requieren habilidades blandas o de socialización para enfrentar este tipo de situaciones: “Si bien este trabajo no era algo que Andy deseara, ella era una mujer muy resiliente y nunca perdió la empatía, esto la ayudó a sobrellevar a una jefa con una personalidad difícil. Además, el hecho de querer cumplir un sueño y tener una meta es fundamental, porque eso nos brinda la fortaleza necesaria para permanecer en un lugar a pesar de las adversidades”.

Sin embargo, destacó que cuando Andy toma la decisión de renunciar fue un acto de liberación muy valiente, pues hay que saber hasta dónde llega nuestra capacidad de adaptación, y externó que “la película nos invita a perseguir nuestros sueños aunque represente trabajo y esfuerzo”.

Por su parte, la maestra Carmen Guadalupe Casas Ratia, Directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, indicó que “la inseguridad que experimentamos en nuestro primer trabajo siempre es considerable, ya que nos enfrentamos a una realidad que desconocemos. Por lo tanto, tenemos que trabajar en nuestra seguridad y aprender a decir ‘no’ cuando sea necesario”.

Fotografías: Carlos Díaz

“En la película se aborda cómo priorizamos nuestras necesidades y cómo nos percibimos ante los demás. Asimismo, la conciliación entre el trabajo y la familia es compleja, por ejemplo, Andy se siente presionada por su novio, y Miranda, a pesar de ser una persona fuerte, vive con inseguridades debido a sus múltiples matrimonios disfuncionales”, agregó.

Finalmente, durante la actividad moderada por la doctora Olga Marina Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, la maestra Casas Ratia invitó a los presentes en el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas” a reflexionar sobre la importancia de no autoexplotarse, de no estigmatizar a las generaciones porque ninguna es mejor que otra, a amar lo que hacen y a esforzarnos por ello.

Por Karen Hernández