El Palacio de la Inquisición fue testigo de los capítulos de la historia de la persecución religiosa en el país. Con su imponente arquitectura y su carga histórica, este edificio ahora alberga al Palacio de la Escuela Medicina.
El proyecto y la ejecución de este recinto fueron encomendados al arquitecto Pedro de Arrieta, Maestro Mayor de las Obras Materiales del Santo Oficio. Las labores de construcción comenzaron en 1732 y culminaron en 1736.
El Palacio de la Inquisición albergó en su interior a numerosos prisioneros a lo largo de su historia. El primer reo que pisó sus mazmorras fue el francés Pedro Sanfroy, acusado de herejía luterana.
Los famosos autos de fe, eventos públicos en los que se exhibían y castigaban a los herejes, se hacían en la plaza designada para tal fin.
Fotografía cortesía del Palacio de la Escuela de Medicina, FM, UNAM
Los prisioneros, ataviados con sus “Sambenitos” característicos, eran clasificados según la gravedad de sus delitos. Desde aquellos condenados a ser quemados vivos, representados con dragones, diablos y llamas en sus vestimentas, hasta aquellos que habían expresado arrepentimiento y escapado de la hoguera, cuyas llamas eran pintadas en sentido opuesto. Todos estos atuendos eran conocidos genéricamente como “Sambenitos” y se complementaban con sombreros en forma de mitra denominados corozas, decorados con llamas, culebras o demonios.
El Palacio de la Inquisición no sólo fue escenario de sucesos inquisitoriales, en 1578 se adquirieron las casas contiguas para crear la Cárcel Perpetua, sumando así un espacio adicional para recluir a los condenados.
Imagen del Archivo Histórico del Palacio de la Escuela de Medicina, FM, UNAM
Durante el periodo de 1813 a 1820, el tribunal fue suprimido por las Cortes de Cádiz, y sus bienes pasaron a manos del Estado. Sin embargo, en 1814, el rey Fernando VII restableció la Inquisición, otorgándole nuevamente sus bienes y funciones hasta que finalmente fue clausurada de forma definitiva en 1820.
A partir de entonces, el edificio fue utilizado como cárcel estatal. Entre sus prisioneros se encontraba fray Servando Teresa de Mier, preso por oponerse al régimen de Iturbide. En 1838, el Palacio fue subastado sin encontrar comprador, y pasó por diversas funciones, desde ser sede temporal del Arzobispado de la ciudad hasta albergar una escuela primaria e incluso un cuartel militar. Finalmente, en 1854, se transformó en la Escuela Nacional de Medicina.
Fuentes consultadas:
https://pem.facmed.unam.mx/index.php/2020/10/05/historia-del-palacio/
y https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/guia%3A113
Por Luisa Vera