Con la iniciativa de dar un paso adelante en la lucha contra el suicidio, el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM convocó a un experto en el área y a la población interesada en discutir una cuestión de urgente importancia: la prevención del suicidio, buscando proporcionar el conocimiento y las herramientas necesarias para crear acción en torno al tema.

En el auditorio “Dr. Ramón de la Fuente”, el doctor Benjamín Guerrero López, Jefe del Departamento, inauguró el evento el pasado 17 de octubre, resaltando la trágica interrupción que el suicidio representa, particularmente para los jóvenes que están en las etapas iniciales de sus vidas, “una etapa que debiera ser de sueños, de crecimiento y alegría”.

Destacó la relevancia del Programa Centinelas PUMA de la Facultad y el modelo ESPERA desarrollado por la Universidad de Nayarit, “su implementación es vital, la comunidad en su conjunto debe estar alerta y capacitada para identificar y ayudar a aquellos que puedan estar en riesgo”.

Por su parte, la maestra Melissa Salas Bermúdez, Coordinadora del área de Psicología y principal organizadora del evento, compartió la inspiración detrás del mismo. Relató cómo un podcast titulado Hablemos de suicidio la llevó a contactar al ponente de esta sesión, quien se convirtió en una guía clave para la estructuración de estas acciones preventivas.

A su vez, la doctora Olga Marina Robelo Zarza, responsable del área de Comunicación en Salud Mental del DPSM, extendió una cálida bienvenida a los presentes y subrayó la importancia del tema en el contexto de los estudiantes universitarios. Abogó por reducir la brecha en la atención de la salud mental y eliminar el estigma asociado.

Entrando en materia, la voz se brindó al maestro Rodolfo Moreno Ramírez, Director General del Centro Especializado en Investigación y Educación Superior (CEIES), quien ofreció una charla sobre «Una mirada diferente a la prevención del suicidio: Ser Guardián», en la cual a modo de introducción se refirió a éste como un fenómeno dinámico, resultado de una interacción compleja de factores (de riesgo, protectores y precipitantes) y la vulnerabilidad en un determinado contexto.

De manera más técnica, explicó que “se entiende por conducta suicida al acto voluntario de terminar con su vida empleado como estrategia orientada a la eliminación de un malestar emocionalmente intenso que es inescapable, interminable e intolerable para la persona”, añadiendo que “los seres humanos constantemente estamos buscando tener los elementos que nos permitan tener el menor malestar posible; asimismo, las personas con conducta suicida, intencional o no, buscan modificar su entorno, motivo por el cual “es erróneo añadir a esta decisión, adjetivos como buena o mala, de valientes o de cobardes, chantaje o amenaza. Debemos validar sin juzgar”, recalcó.

El también Fundador y Presidente de la Sociedad Mexicana para la Atención de la Conducta Suicida, AC, ejemplificó al acto final del suicidio como la «punta del iceberg», siendo éste el más visible, junto con el intento de suicidio; no obstante, apuntó que hay muchos comportamientos subyacentes y señales de alarma que, de ser detectados, pueden prevenir el suicidio, tales como la autolesión, ideación suicida y la planificación.

Durante el desarrollo de la ponencia, destacó la gravedad del subregistro en las estadísticas de suicidio a nivel nacional y global, lo cual disminuye la atención hacia este grave problema de salud pública, ya que de los 25 intentos que en promedio están detrás de un acto suicida, un pequeño porcentaje son los que buscan la ayuda correspondiente.

Fotografías: Adrián Álvarez

Vinculado a ello, y como parte central de la charla, se refirió a que “un promedio del 60 al 70 por ciento de las personas que piensan en suicidio no acuden a un servicio profesional, pero sí hablan de lo que sienten con amigos y seres queridos”. De ahí la importancia de la metodología de Guardianes como herramienta de salud pública, la cual, si bien se ha implementado sobre todo en el sector educativo, se puede adecuar en múltiples contextos.

Ser Guardián tiene como objetivo capacitar a las personas para identificar señales de alerta en individuos en riesgo suicida, acompañarlos y derivarlos a las instituciones de ayuda correspondientes. Y una herramienta desarrollada en Nayarit para tal propósito es el modelo ESPERA: «Hablemos de Suicidio», misma que detalla una estrategia en seis pasos en la prevención: Escuchar, Sentir, Preguntar, Esperanza, Referir y Acompañar.

Actualmente la estrategia de Guardianes se ha implementado en Guanajuato (Guardianes informados), Estado de México (Guardianes CREAS Iztacala) y Nuevo León (Modelo CEERCA); mientras que el modelo nayarita ha sido instaurado no sólo en la Facultad de Medicina de la UNAM en su programa Centinelas, sino también en el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara, la Anáhuac Campus Oaxaca y la Universidad Autónoma de Zacatecas. Llegando incluso a la puerta de las fuerzas policiales y armadas, así como a los Centros Federales de Readaptación Social.

Dentro de los logros del programa Guardianes y del CEIES se encuentra el Decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley de Educación del Estado de Nayarit, en materia de Prevención del Suicidio (2021), el reconocimiento por Kybernus, un programa del Centro Ricardo Salinas Pliego, así como la redacción del Manual de Juventudes Guardianes para la Prevención del Suicidio, una pequeña guía elaborada con la finalidad de compartir con el público general el Modelo ESPERA.

Por Athziry Portillo