Para obtener una referencia tangible acerca del desarrollo de las competencias disciplinarias y genéricas, identificar aspectos por mejorar y elaborar propuestas de fortalecimiento basándose en los resultados, la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH) de la Facultad de Medicina de la UNAM realizó la Evaluación de Avance Académico (EAA) del Perfil Intermedio a la primera generación de estudiantes, quienes se encuentran finalizando el sexto semestre, a la mitad del camino de la licenciatura.

La evaluación abarcó un periodo de 4 días, del 17 al 20 de junio, y se dividió en dos partes: individual y en equipo. Durante la primera, las y los estudiantes realizaron un examen estructurado para demostrar su “avance y fortalecimiento de aptitudes clínicas, así como de comunicación e interacción con los pacientes en su entorno”; en la segunda, se identificó la capacidad colaborativa mediante pláticas en equipo sobre orientación alimentaria. “Se asignaron comunidades específicas de manera aleatoria, cada una con determinadas características, para simular casos en los que surgen múltiples retos y observar las estrategias que proponían”, explicó la doctora Elvira Sandoval Bosch, Coordinadora de la LCNH.

“Esta evaluación es parte importante de la formación de las y los estudiantes, da la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos en un ambiente simulando la realidad de los diferentes campos laborales como científicas y científicos de la nutrición humana, los cuales cuentan con el apoyo y refuerzo de saberes por parte de las y los docentes, por lo que el estudiantado obtiene las herramientas para ser un profesional de excelencia”, comentó la maestra Sianya Hernández Ortiz, Jefa de Enseñanza de la LCNH.

Por su parte, la licenciada Irena Delgadillo García comentó: “La Evaluación de Avance Académico Perfil Intermedio se realizó con éxito, es el reflejo del trabajo de las y los docentes; la experiencia del escenario real al que se enfrentarán las y los estudiantes en su ejercicio profesional les permite integrar lo que han aprendido durante estos seis semestres”.

La experiencia de las y los estudiantes

Emilio Suárez Vigueras explicó que para prepararse para la evaluación revisó fuentes de datos y estudios que tuvieran el respaldo científico, “practiqué lo que iba a decir frente a un grupo de personas cerciorándome que comprendieran lo que estaba diciendo. Uno de nuestros retos es adoptar un vocabulario básico libre de tecnicismos; sin embargo, no siempre se pueden eliminar por completo al tratar de avanzar en una plática”.

Por su parte, Carlos Antonio Montaño Villanueva consideró que “es una experiencia a la que tenemos que estar acostumbrados porque somos promotores de la salud y generamos un impacto en la calidad de vida de las personas. Esperamos que la información que compartimos sea accesible para todos”.

Johana Paulina García Lorenzo señaló que le gustó “ver a todos los asistentes muy interesados, siento que podemos aportar algo a la sociedad. Siento que durante el examen por momentos me ganaron los nervios, pero conforme íbamos desarrollando la actividad e interactuaba con las personas, fui mejorando”.

Finalmente, Andrea Contreras García consideró que “es un poco estresante porque debemos volvernos expertos en el tema por si llega a haber alguna pregunta y tenemos que estar preparados para responderla. El tema que nos tocó a nosotros era un tanto controversial y eso se vuelve una limitante”.

Las observaciones de las y los profesores

Para el doctor Luis Fernando Espinosa, el propósito de la evaluación con una población objetivo es que, como futuros profesionales de la nutrición, “aprendan a hacer una comunicación efectiva, conozcan cómo es el trato con un público no especializado y desarrollen estrategias para la transmisión del conocimiento desde lo técnico a lo general. Integren conocimientos tanto básicos como clínicos y refuercen sus habilidades de comunicación y empatía”. Asimismo, destacó la importancia de esta información como docentes acerca de su alumnado para poder notar las deficiencias y brindar acompañamiento en lo necesario, de manera que sus conocimientos se trasladen a una adecuada práctica profesional.

 Por su parte, la doctora Ana Ortega señaló que ésta es una gran oportunidad para que “puedan comunicar el conocimiento que han adquirido de forma eficaz, usen un vocabulario asequible, con el tono de voz apropiado, propongan actividades, y que todos esos elementos correspondan con la comunidad a la que le hablan. En ese sentido, es fundamental que la información esté basada en evidencia científica”.

Fotografías: Carlos Díaz

Isabel García y Diego García