¡Escucha la nota!

En el marco del Día Mundial del Corazón y al ritmo de Stayin’ Alive y la Macarena, la Facultad de Medicina de la UNAM superó el reto de un millón de compresiones de RCP sólo con manos al alcanzar en dos horas 120 mil más del objetivo planteado, aplicando esta técnica que puede salvar la vida de una persona ante una emergencia, y capacitando a la comunidad para ser una Universidad cardioprotegida.

Más de 100 maniquíes fueron colocados en tres puntos de Ciudad Universitaria: 90 en la explanada roja de la Facultad de Medicina, 10 en Tienda UNAM, y otros 10 debajo del puente que atraviesa Insurgentes, rumbo al Estadio Olímpico Universitario.

La inauguración se dio en la explanada roja de la Facultad, donde estudiantes esperaban su turno para participar en una gran fila y con un gran ambiente musical.

La doctora Gabriela Borrayo Sánchez, Secretaria General de la Facultad, agradeció a todas las instituciones que hicieron posible la realización del evento, y destacó la relevancia de capacitar a las personas sobre esta técnica: “Saber RCP ante un paro cardiorrespiratorio puede ayudar a muchas personas. Esto cobra relevancia porque las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Además de la prevención, algo fundamental para salvar vidas es saber cómo actuar de manera inmediata ante una emergencia como ésta”, compartió.

La doctora Laura Hernández Gutiérrez, Jefa del Departamento de Integración de Ciencias Médicas de nuestra Facultad, invitó a la comunidad a sumarse a este reto: “Dense la oportunidad de aprender algo que puede salvar vidas. Cualquier persona puede hacerlo, ya que, en cuestión de minutos, ustedes serán capacitados”, indicó.

Por su parte, el doctor Germán Fajardo Dolci, Titular de la Dirección General de Atención a la Salud de la UNAM, recalcó la relevancia que tienen estos temas para la Universidad: “Hace algunos meses distribuimos en todos los campos universitarios desfibriladores y reforzamos la capacitación continua, para beneficiar y proteger los corazones de todas y todos los universitarios”, informó.

En la ceremonia de inauguración también estuvieron presentes la doctora María Alejandra Madrid Miller, Tesorera de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México; el doctor Carlos García Rosas, Presidente de la Academia Mexicana de Medicina de Urgencias y del Comité Mexicano para el Cuidado del Corazón y Trauma; el doctor Eduardo del Río, representante de la Sociedad Mexicana de Electrofisiología y Estimulación Cardiaca; y el técnico en urgencias médicas David Zepeda Velázquez, en representación de la Cruz Roja Mexicana.

La doctora Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, Directora de nuestra Facultad, fue la encargada de concluir el reto, agradeciendo todo el entusiasmo y participación de la comunidad, así como los esfuerzos de la doctora Gabriela Borrayo para hacer realidad la actividad: “Lo que ustedes aprendieron hoy es a salvar vidas en lo que llegan servicios médicos más especializados. Toda la comunidad, no importa si pertenecen a Medicina o no, deberíamos saber estas maniobras que pueden hacer la diferencia”, señaló.

Esta actividad brindó la oportunidad para que cualquier persona de la comunidad UNAM conociera esta técnica. Jaretzy González, Sofía Irene, Arturo Rico y Pamela Osorio son estudiantes del CCH Sur que acudieron al módulo ubicado cerca del Estadio, y compartieron que, aunque fue una actividad cansada, realmente lo disfrutaron bastante: “Creíamos que era más fácil, al menos en las películas lo hacen ver más sencillo. Este tipo de actividades ayudan a que las personas se informen y sepan qué hacer ante una emergencia real”, declararon.

En tanto, en la explanada de Tienda UNAM se observó una diversidad de personas, desde ciudadanos interesados hasta personal como enfermeros y agentes de vigilancia. Andrea Hernández León, señaló la importancia de que la población aprenda a realizar técnicas de compresión cardiaca, ya que se cuenta con muy poco tiempo para salvar una vida. Asimismo, resaltó que nadie está exento de enfrentarse a una situación de paro cardiorrespiratorio y que es crucial estar preparados para actuar en el momento en que surjan estas situaciones de emergencia.

Por su parte, José Martín, agente de seguridad pública, destacó que el personal debe estar capacitado para brindar estas técnicas, afirmando que como parte de la seguridad pública les corresponde ayudar a los ciudadanos en situaciones críticas. Además, indicó que esta actividad lo motivó a aprender más sobre primeros auxilios y a perfeccionar sus habilidades en RCP.

Al término del evento, el doctor Carlos Andrés García y Moreno, Coordinador de Servicios a la Comunidad de la Facultad, destacó el flujo constante de personas que se tuvo para superar la meta de más de un millón de compresiones: “Nuestro objetivo para el próximo año será incrementar la difusión y la importancia de que todas las comunidades alrededor de la Facultad quieran sumarse a este tipo de actividades, y así salvemos más vidas”.

¿Cómo hacer RCP?

Esta técnica de emergencia se utiliza ante la presencia de un paro cardiorrespiratorio. La reanimación cardiopulmonar consiste en dar compresiones con las manos en el tórax, para mantener un volumen sanguíneo circulante y que la persona no muera.

Número 1. Asegurarse si la persona está respirando, revisando la expansión del tórax o acercándose a la nariz para escuchar o sentir su respiración.

Número 2. Tomar su pulso, tocando con la yema de los dedos, índice y medio, su cuello o alguna de las muñecas en la base del pulgar.

Una vez corroborado que no tiene pulso y no está respirando, se inician las compresiones.

Número 3. Colocarse de rodillas al lado de la persona, viendo de frente a su pecho, con las rodillas separadas a la altura de los hombros.

Número 4. Visualizar y trazar imaginariamente una línea que pase en medio de la persona y otra línea que pase a nivel de los pezones. En la unión de esas dos intersecciones, se colocan las manos.

Número 5. La mano dominante toca su pecho con la palma hacia abajo, mientras la otra mano únicamente se entrelaza con los dedos.

Número 6. Mantener los brazos rectos al igual que la espalda durante todo el procedimiento, con la cabeza mirando hacia enfrente.

Número 7. Para que sean efectivas, se debe hacer una compresión aproximadamente a 5 centímetros de profundidad hacia abajo del tórax y permitir que se descomprima en su totalidad.

Número 8. Dar 5 ciclos de compresiones, donde cada ciclo consta de 30 compresiones, es decir, alrededor de un minuto y medio, dando un total de entre 100 a 120 compresiones por minuto.

Número 9. Continuar hasta que llegue la ayuda o hasta reanimar a la persona. 

Alan Valdez y Arturo Osorio