“El estrés laboral afecta la salud mental y física de hasta el 42 por ciento de los docentes en México. Esto puede generar trastornos de ansiedad, depresión, problemas psicosomáticos, lo que termina afectando la calidad educativa; y personalmente trastornos cardiovasculares y musculo-esqueléticos”, explicó la doctora María Luisa Ávalos Latorre, profesora, investigadora y Jefa del Departamento de Salud Poblacional del Centro Universitario de Tonalá de la Universidad de Guadalajara.

Para exponer el panorama completo de esta situación que aqueja el ambiente docente en nuestro país, la Coordinación de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM realizó la décimo quinta sesión del Seminario de Actualización en Salud Mental, titulada “Bienestar y salud mental en docentes universitarios”.

Durante la actividad transmitida por YouTube, la ponente indicó que “la presión académica, el acceso desigual a recursos tecnológicos, deficientes habilidades de afrontamiento y la falta de resiliencia son los principales factores de riesgo que vulneran la salud mental de docentes. Incluso, el síndrome de burnout es un problema que tiene una alta prevalencia en docentes universitarios”.

El síndrome de burnout no es un problema reciente, ya que desde el 2014 se tiene registro de su incidencia en el área docente de México, Brasil y Colombia. “El desgaste emocional, la insatisfacción por la retribución recibida, y el exceso de demandas laborales fueron los factores principales que detonaron el incremento de este padecimiento en estas regiones”, puntualizó. Además, la pandemia por SARS-CoV-2 generó factores como problemas por la transición al teletrabajo y la modalidad virtual.

Al respecto, la conferencista mencionó que existen 4 ejes principales para el abordaje óptimo de este problema en docentes: la capacitación sobre el manejo de estrés como resiliencia y mindfulness; generar políticas de ayuda que promuevan pausas de autocuidado en el espacio laboral; asegurar la disponibilidad de herramientas para la reducción de estrés; y la creación de espacios de intercambio entre docentes.

La doctora Ávalos Latorre concluyó que “la salud mental es un componente fundamental para el rendimiento y bienestar de la comunidad educativa. Aplicar las estrategias adecuadas genera un impacto positivo en el ambiente laboral”. Del mismo modo, aseguró que es necesaria la empatía al generar políticas universitarias y establecer la salud mental como un derecho.

La doctora Ana Carolina Rodríguez Machain, académica del DPSM, realizó un intercambio de ideas con la experta. Finalmente, agradeció a la panelista por sus aportes a la actividad y también al público por su asistencia.

Fernando Jacinto