HISTORIAS DE ÉXITO #MUJERESFACMED
Soy la doctora Eda Patricia Tenorio Zumárraga, egresada de la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica (LIBB), y actualmente académica e investigadora en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina.
Desde que era joven sabía que quería estudiar algo relacionado con las ciencias químico-biológicas. Pero en la preparatoria, mi profesor de Física me habló de la LIBB, y descubrí que este programa no sólo abarcaba todos mis intereses, sino que además me permitía pasar gran parte del tiempo en el laboratorio, algo que me ilusionaba mucho. Sin dudarlo, decidí que era el camino que quería seguir.
Lo que más me apasionó durante mi formación fue la independencia con la que mis tutores me ayudaron a desarrollarme. Siempre me incentivaron a ser propositiva, lo que contribuyó enormemente a que descubriera mi verdadera pasión: la Inmunología. La LIBB tiene una gran versatilidad, pues cada estudiante puede crear su propia trayectoria dependiendo de sus intereses y de los laboratorios a los que se integre.
La formación que recibimos en la LIBB fomenta una perspectiva lógica-científica muy valiosa, que nos permite abordar preguntas complejas y buscar respuestas innovadoras. Esto es crucial para el desarrollo de la investigación en México, ya que nos empodera para crear soluciones nuevas y efectivas ante los desafíos del sector salud.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de colaborar en proyectos fascinantes relacionados con la Inmunología. En mi laboratorio, nos enfocamos en descubrir nuevos estados celulares de los linfocitos T, caracterizarlos y evaluar su potencial como biomarcadores en patologías infecciosas y autoinmunes. Además, somos especialistas en citometría de flujo, una técnica que nos ha permitido colaborar con diversos grupos de investigación, abriéndome la oportunidad de aprender sobre modelos celulares de todo tipo, desde hemocitos de langosta hasta células madre obtenidas de pulpa dental.
Mi experiencia como mujer en el campo de la investigación ha sido en su mayoría positiva. He tenido el privilegio de contar con tutores, colegas y compañeros de trabajo excepcionales, tanto en la LIBB como en el posgrado. Sin embargo, también he tenido que enfrentar entornos de trabajo muy machistas, sobre todo en algunos hospitales. Además, he observado cómo la proporción de mujeres en posiciones de responsabilidad y toma de decisiones se va reduciendo conforme avanzamos en la carrera. Las mujeres debemos hacer el doble de esfuerzo para ser tomadas en serio, y a veces debemos tener el doble de fortaleza para ser escuchadas.
Mi mayor sueño es poder contribuir a la ciencia traslacional, es decir, lograr que los avances que estudiamos en el laboratorio lleguen finalmente a los pacientes y mejoren su calidad de vida. También me inspira ser un apoyo y ejemplo para otras mujeres, promoviendo su derecho a decidir sobre sus vidas. No obstante, mi lucha también es por visibilizar las discapacidades invisibles, ya que vivo con disautonomía.
Si pudiera darle un consejo a las mujeres que están comenzando la LIBB, les diría que confíen en sí mismas, que prioricen su autocuidado y que no tengan miedo de cuestionar las expectativas sociales. Ser diferente no sólo está bien, sino que es lo que realmente marca la diferencia en el mundo de la ciencia.