Como parte del Seminario de Investigación del Departamento de Fisiología de la Facultad, la doctora Selva Rivas Arancibia, investigadora de dicho departamento, abordó el tema “Efectos de la contaminación ambiental por ozono sobre la inflamación intestinal y la enfermedad neurodegenerativa”.
En el auditorio “Dr. Octavio Rivero Serrano” y a través de la transmisión por YouTube, la ponente reveló los efectos dañinos de la exposición crónica al ozono, un contaminante secundario formado por la quema de combustibles y la luz ultravioleta. La investigación se realizó durante años con ratas expuestas a 0.25 partes por millón de ozono por hora (equivalente a la exposición humana en días altamente contaminados), y demostró daños irreversibles en pulmones, sistema cardiovascular y sistema nervioso.

De manera particular, los resultados incluyeron inflamación crónica, disfunción cognitiva, neurodegeneración y alteraciones en el intestino, afectando el eje intestino-cerebro a través del nervio vago y la vía inmunológica. Asimismo, se observó la acumulación de beta-amiloide 1-42, la formación de placas, daño en la barrera hematoencefálica y disfunción mitocondrial.
Aunque el daño de las exposiciones agudas es reversible, se demostró que la exposición crónica a bajas dosis, como la experimentada en zonas contaminadas, causa estrés oxidativo al no activar las defensas antioxidantes endógenas. Este estrés oxidativo crónico desregula la respuesta inflamatoria, llevando a un proceso degenerativo irreversible. Por otro lado, los antioxidantes pueden ayudar a prevenir o frenar la progresión de la enfermedad, sin embargo, no curan el daño ya producido.

En la sesión moderada por el doctor Héctor Castro Martínez, Coordinador de Investigación del Departamento de Fisiología, la doctora Rivas subrayó la importancia de la prevención: “Debemos evitar actividades al aire libre entre las 11:00 y las 15:00 horas, ventilar los espacios cerrados adecuadamente y llevar una dieta rica en antioxidantes. Aunque estos factores no curan enfermedades, sí pueden retardar su progresión”.
La ponencia concluyó con una reflexión sobre la necesidad urgente de comprender los impactos reales de la contaminación ambiental sobre nuestra salud. “El ozono llegó para quedarse. Pero entender sus efectos es clave para actuar en consecuencia”, enfatizó la investigadora.
Jorge Ugalde