El sonido es maravilloso. Sea el eco de la naturaleza o la música del ser humano, nos logra transportar a lugares, evoca personajes y sentimientos. Así, Las cuatro estaciones para flautas dulces, creación del maestro José Luis Aguayo, logró posarse en los corazones durante el concierto de la Orquesta de Cámara Aguayo de México y Japón, en el auditorio “Doctor Raoul Fournier Villada”.

El Concierto de Brandenburgo No. 4, de Johann Sebastian Bach, y el Concierto en la menor, de Georg Philipp Telemann, continuaron el repertorio de la noche del pasado 31 de agosto. Además, junto con el coro Convivium Musicum, la Orquesta interpretó la Cantata BWV180 “Schmücke dich, o liebe Seele”, también autoría de Bach.

Mariana Montiel