Uno de los aspectos que los profesionales de la salud y las familias deben cuidar en los adultos mayores es su nutrición, pues en edades avanzadas del ser humano los metabolismos cambian y requieren una atención diferente a otras etapas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, el 44.1 por ciento de sobrepeso más el 17.8 por ciento de obesidad en hombres a partir de 60 años y el 33.3 por ciento de sobrepeso más el 33.2 por ciento de obesidad en mujeres de la misma edad, contrasta con el 2.1 por ciento de hombres y el 1.7 por ciento de mujeres mayores que tienden al bajo peso; sin embargo, este último obtiene relevancia por las implicaciones que tiene para la salud, aunque muy pocas veces es abordado como tema de divulgación general.

En este sentido, el doctor Antonio Villa Romero, académico de la División de Investigación de la Facultad de Medicina, advirtió que hay dos síndromes de desnutrición en personas mayores: la sarcopenia, referente a una pérdida de masa muscular, de fuerza y disminución de capacidades motoras, y la caquexia, que involucra además de lo anterior, procesos inflamatorios relacionados con la aparición de marcadores específicos (tales como interleucina-6, factor de necrosis tumoral-alfa y proteína C-reactiva), que hacen que el sujeto esté en un estado de nutrición inadecuado y vulnerable.

En el marco de la 40ª Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería de la UNAM, durante la conferencia que impartió junto con la doctora Elsa Guerrero Orduña, titulada ¿Cuál es el estado de nutrición de los adultos mayores en México?, el especialista recordó que desde hace nueve años encabeza una línea de investigación sobre el deterioro cognitivo en adultos mayores enfocado a los factores que lo determinan, incluyendo una valoración clínica y nutricia.

Así, reveló que en la tesis que dirigió de licenciatura en Nutrición de Gustavo Loya Gutiérrez de la Universidad Autónoma de Chihuahua, estudiaron a 195 adultos mayores y el 14 por ciento registró sarcopenia, el 1.5 por ciento caquexia, y el 55 por ciento dinapenia, otro término asociado a la disminución de la fuerza muscular por debajo de lo esperado para el sexo y el índice de masa corporal correspondientes; siendo en todos los casos mayor la presencia de estas condiciones patológicas en varones.

“Encontramos que a más edad la prevalencia de esos síndromes era mayor”, comentó el doctor Villa Romero al resaltar que se comprobó que éstos no sólo afectan a las personas con una situación económica desfavorable, ya que también se presentaron en aquellos que contaban con los recursos suficientes para mantener un nivel socioeconómico medio.

Por ello, recomendó a la población en esa etapa tener una dieta equilibrada, evitar la ingesta de alimentos con escasos nutrientes, por ejemplo el azúcar y harinas refinadas; buscar asesoría en suplementos vitamínicos, y cocinar considerando no sólo los requerimientos nutricionales, sino los gustos, deseos y posibilidades de la persona.

“No hay que perder de vista que las recomendaciones y diseños de dieta deben ser individualizados. La meta es intervenir en factores que influyen en la nutrición del adulto mayor, para poder dirigir a la población a un envejecimiento exitoso”, concluyó el investigador.

Mariluz Morales