Los diagnósticos mentales son condiciones y no hacen a la persona

Familias hay de muchos tipos, y aunque diversas, comparten elementos para lograr una adecuada funcionalidad: estructura (organización entre los integrantes) y dinámica (interacción matizada por el bienestar y malestar que percibe cada persona). También es en este núcleo donde se aprenden los roles y estigmas que cobran importancia cuando alguno de los seres queridos padece un trastorno mental.

La gran problemática radica en que al no ser del tipo de enfermedades “visibles”, llega a minimizarse. “Si me enfermo de gripa, lo expreso; pero si son las emociones las que lo hacen, ¿por qué no digo lo mismo?”, comentó la maestra Olga Marina Robelo Zarza, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante la sexta sesión de preguntas y respuestas Todo lo que siempre quisiste saber y no te atrevías a preguntar, organizada por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, resaltó la trascendencia de que los parientes conozcan y sean empáticos con lo que le sucede a la persona afectada, a fin de establecer una relación favorable.

Sin embargo, existen situaciones que alteran dicho enlace. Por un lado, los integrantes de la familia pueden generar conductas de sobre involucramiento al mostrarse complacientes con el enfermo y, por otro, presentar rechazo y crítica. Ambos, junto con la hostilidad, son componentes de la llamada “alta emoción expresada”, mediante la cual se manifiestan las situaciones desfavorables en el proceso de enfermedad.

A su vez, hay factores que predisponen, precipitan o perpetúan los trastornos mentales, donde una vez más se ve involucrado el seno familiar influyendo, mas no determinando, el diagnóstico. Lo anterior aplica también para el cuidador primario, quien es la persona que apoya durante el desarrollo del padecimiento.

“Los trastornos psiquiátricos no se curan y es importante comentarlo, porque cuando llegan tanto familiares como pacientes lo hacen con expectativas”, recalcó la también académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

“Como equipo interdisciplinario la atención debe ser integral. Es importante el apoyo psicoeducativo, para no hablar sólo del diagnóstico y tratamiento, sino lograr realmente un entendimiento de lo que pasa con los sentimientos de las partes involucradas”, enfatizó la maestra Robelo Zarza.

Mariluz Morales