El 14 de febrero se conmemora el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, con el objetivo de informar y realizar diversas acciones para combatir este padecimiento que afecta principalmente a los niños. La meta es hacer conciencia en los padres de la existencia de este mal, para que a través de sus cuidados se tenga una detección oportuna en caso de existir un mal cardiaco.La idea de tener un bebé a una edad avanzada debe considerarse varias veces, ya que además de ser un proceso riesgoso para la madre, el pequeño puede nacer con una afección en el corazón.
El doctor Rubén Argüero Sánchez, jefe del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que entre los factores más frecuentes que provocan las cardiopatías congénitas se encuentran los embarazos tempranos, antes de los 18 años, y los tardíos, después de los 36 años.
Detalló que en México, ocho de cada mil nacimientos tienen un problema cardiaco, y en varios casos hay una gran influencia de la madre, ya que una cardiopatía puede producirse si ella fuma, tiene sobrepeso, diabetes o incluso si toma medicamentos innecesarios.
“Un padecimiento congénito del corazón se debe a que éste no se formó de manera adecuada. En algunos casos se tiene la teoría del porqué ocurre la malformación, pero en términos generales se ignora. Claro que cuentan mucho los factores en el embarazo, pero hasta ahora se desconoce el nivel de afectación debido a ellos”, indicó.
Entre las cardiopatías congénitas más frecuentes, de acuerdo con el especialista, están la persistencia del conducto arterioso, la comunicación interauricular (persistencia de agujeros entre las dos aurículas), y la comunicación interventricular (defecto entre la pared que separa los ventrículos). Se determina la gravedad de ellas dependiendo del número de anormalidades que tiene el corazón.
A eso se suma que entre más temprano se manifieste la enfermedad, significa que es más grave, por lo que el diagnóstico temprano es fundamental, ya que existen casos en los que se requiere un trasplante de corazón.
El doctor Argüero Sánchez aclaró que la tecnología ha avanzado de tal forma que ya no se necesita esperar a que los bebés crezcan para operarlos, y así el padecimiento se detiene a tiempo, además, de que los procesos han mejorado tanto que, incluso, “después de corregido el mal, prácticamente se tiene una vida normal. Hay estudios que demuestran a largo plazo que, si se diagnostica a tiempo y se hace la cirugía bien, la evolución es muy buena en los niños”.
Finalmente, señaló que debe considerarse la dolencia o malestar en el corazón, puesto que existen casos de personas que presentan la enfermedad cuando son jóvenes y hay algunos que llegan a fallecer a los 20 años.

Samuel Aguirre