En 1988 la OMS estableció el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco. Este 2018 el lema es “Tabaco y cardiopatías” para concientizar sobre éstas y otras enfermedades cardiovasculares que, conjuntamente, son las principales causas de muerte en el mundo.
Cuando una persona deja de fumar, los efectos en su salud se reflejan de manera inmediata, pues a las 24 horas su frecuencia cardiaca ya es estable y el riesgo de tener un infarto o una enfermedad cardiovascular se reduce de manera gradual, indicó la doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, responsable del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo del Departamento de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la UNAM.
“Desafortunadamente el tiempo que se fumó sí tiene consecuencias, como por ejemplo los ateromas, es decir los depósitos de grasa en las venas y arterias, así como el daño al recubrimiento interno de éstas (endotelio). Por ello, es ideal que la gente joven deje de fumar, porque se ha observado que tienen que pasar alrededor de 10 años para que una persona que consumía tabaco de forma crónica vuelva a estar como antes de que empezara a fumar”, señaló.
La especialista destacó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) implementó el Día Mundial sin Tabaco, para informar a la población sobre los daños que causa y para que los fumadores tomen conciencia de qué tan importante es su adicción: “Si alguien logra dejar ese día el tabaco, esto indica que puede hacerlo al siguiente y al que sigue, si no puede y su síndrome de abstinencia es muy intenso, entonces se da cuenta que tiene una adicción física muy importante a la nicotina y necesita solicitar ayuda profesional”.
Al aclarar que el tabaquismo no es un vicio, sino una enfermedad, precisó que quien empieza a toser, a tener silbidos en el pecho o no puede subir escaleras, tiene que considerarlos como focos rojos y dejar de fumar, porque lo que sigue es un infarto, una embolia o un enfisema. “Lo importante es darle el tratamiento adecuado a esas personas; afortunadamente tenemos medicamentos cuya eficacia y seguridad están comprobadas, pues algunos incluso cuadruplican la posibilidad de dejar de fumar”.
El tratamiento debe ser integral, por lo tanto, trabajar la dependencia psicológica también es muy importante, aseguró, pues hay que desmontar las creencias y los atributos que el fumador le va dando al cigarro a lo largo de la vida, como que es un calmante, una compañía, le da personalidad o que hace que la gente sea más feliz en reuniones y eventos sociales.
Se ha demostrado que de las aproximadamente 4 mil sustancias químicas que contiene, al menos 250 son altamente tóxicas para el ser humano y que 60 son productoras de cáncer, informó la doctora Ponciano Rodríguez al precisar que cuando se le da el llamado “golpe” o inhalación profunda, el humo llega hasta los alveolos, que son la parte más fina del aparato respiratorio. “Cada alveolo tiene un capilar sanguíneo, de tal manera que todas las sustancias tóxicas que acompañan a ese humo entran al organismo a través de la circulación sanguínea, y así es como se distribuyen por todo el cuerpo, por eso se dice que el consumo de tabaco genera un efecto sistémico, es decir, no se salva ninguna parte del organismo de estar en contacto con estos tóxicos y por lo tanto de tener una alteración o daño”.
Asimismo, manifestó que la nicotina produce un incremento de la presión arterial, provoca que el fumador se encuentre en un estado hiperadrenérgico (concentraciones elevadas de adrenalina en la sangre), y tiene un impacto importante en el músculo cardiaco, así como en las venas y las arterias, especialmente en las coronarias en las que produce vasoconstricción. También ocasiona un incremento de la tensión arterial y que el fumador tenga una menor cantidad de lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno) y más de las de baja densidad (colesterol malo). Todos estos son factores de riesgo cardiovascular muy importantes.
“El daño cardiaco es mucho más rápido que el daño pulmonar. En México la causa de mortalidad más importante para los fumadores son los infartos al miocardio, la enfermedad coronaria y los eventos cerebrovasculares. Según datos de la Secretaría de Salud, se calcula que en nuestro país mueren alrededor de 165 personas al día por enfermedades asociadas directamente con el consumo de tabaco”, abundó.
Lili Wences