Antes de la existencia de la ciencia, el conocimiento era en su mayor parte empírico, con creencias falsas y muchos enigmas por resolver. Nicolás Copérnico y Andrés Vesalio fueron dos personajes que aportaron conocimientos fundamentales en los campos de la astronomía y la medicina, que marcaron el principio de la Revolución Científica.

Previo a los estudios de Nicolás Copérnico, en el mundo occidental se aceptaba la teoría geocéntrica elaborada por Claudio Ptolomeo en el siglo II, que suponía que la Tierra es el centro del Universo, en tanto que alrededor de ella giraban los demás astros conocidos, es decir: la Luna, el Sol, las cinco estrellas errantes -los planetas- y las estrellas fijas visibles a simple vista.

En forma similar, antes del estudio del cuerpo humano por Andrés Vesalio, los conocimientos sobre la anatomía humana eran comparaciones con la anatomía de animales no humanos, hechas por Claudio Galeno, también en el siglo II. “No había ninguna disección que sustentara sus afirmaciones y muchas eran imaginarias, aun así, en muchas universidades se impartió esa doctrina hasta el siglo XV”, recordó el doctor Ruy Echavarría Rodríguez, Académico del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM, durante el Viernes Cultural.

En la charla “Copérnico, Vesalio y la Revolución Científica”, moderada por la licenciada Leonora González Cueto y transmitida por Facebook Live, explicó que en aquellas épocas nadie se atrevía a cuestionar estas creencias, porque quien lo hiciere corría riesgo de ser perseguido y condenado a muerte por las autoridades religiosas de las diversas confesiones, la católica y las reformistas.

En los siglos XIV y XV en Europa Occidental se buscaba romper el paradigma teúrgico imperante, lo que propició la aparición de filósofos que recuperaron los conocimientos de la antigüedad clásica, discutieron, rebatieron los dogmas religiosos y proporcionaron nuevos conocimientos.

Además, en la Universidad de Padua, de la Serenísima República de Venecia, se engendró un ámbito académico liberal que permitió el desarrollo de una revolución en los conocimientos y en la docencia. “En esta universidad se formaron como médicos Nicolás Copérnico y Andrés Vesalio”, mencionó el especialista.

Además de estudiar medicina, Copérnico, en Padua, desarrolló su vocación por la astronomía y durante muchos años realizó observaciones con ayuda sólo de instrumentos antiguos, heredados de la civilización clásica, porque no había telescopios. Él constató que los cálculos de Ptolomeo estaban alterados para obtener los resultados convenientes, y publicó sus nuevos descubrimientos en su libro De revolutionibus orbium coelestium, donde explicó la teoría heliocéntrica que describe al Sol, y no a la Tierra, como centro del Universo.

Vesalio refutó los conceptos anatómicos concebidos por Galeno, y realizó numerosas disecciones en cadáveres humanos. Con base en sus observaciones, redactó el libro “De humani corporis fabrica”, en el que además de describir el cuerpo humano conforme a la realidad, se incluyen láminas de un gran valor artístico: “Él se encargó de mostrar el cuerpo humano como es en realidad, y su libro logró una revolución en el conocimiento y la enseñanza de la anatomía, conocida como vesalianismo”, apuntó el doctor Echavarría Rodríguez.

Axel Torres