Un texto esencial que destaca la medicina herbolaria indígena de mediados del siglo XVI y que es considerado el manuscrito de Medicina más antiguo en América.


La doctora Martha Eugenia Rodríguez Pérez, Jefa del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina (DHFM) de la Facultad de Medicina de la UNAM y moderadora de la presentación de este libro, resaltó su carácter singular: «Fue elaborado por Martín de la Cruz en náhuatl y posteriormente traducido al latín por Juan Badiano. Este manuscrito fue regalado al rey Carlos V y, tras diversos avatares históricos, fue devuelto a México en 1990 por el papa Juan Pablo II».

Por su parte, la maestra Nuria Galland, Directora del Museo de la Medicina Mexicana del Palacio de la Escuela de Medicina, describió esta edición como una joya editorial: «La edición está inspirada en la naturaleza, desde el diseño de su cubierta hasta el papel de sus páginas fue planeado para respetar el distintivo carácter orgánico».

“Es un libro que tiene múltiples posibilidades, desde la mera contemplación hasta su estudio consciente en áreas como la botánica o la paleopatología y paleomedicina. Es un testimonio de nuestro pasado, que debe ser recordado y difundido a todas las generaciones, como prueba fehaciente de que la Medicina mexicana no descarta los saberes de ningún ámbito, sino que aprende a incluir cada uno de ellos para construir una práctica sensible y humanista”, señaló la doctora Minerva Anguiano, curadora del mismo Museo.

Finalmente, el doctor Carlos Viesca Treviño, profesor del DHFM, subrayó la relevancia de las características notables descritas en el Códice dentro del contexto de la medicina tequitqui, es decir, mestiza; en la cultura prehispánica y en nuestra actualidad; “claro ejemplo es el zoapatle, junto a las propiedades oxitocinérgicas que se le atribuyen; siendo aún utilizado en algunas comunidades por sus curanderas para la inducción del parto a través de la producción de contracciones uterinas; el cual, al contar con una mayor potencia que la oxitocina, obliga a un uso consciente y responsable”. Igualmente enfatizó la habilidad de la cultura prehispánica de expresar dibujos con carácter temporal que plasmaban planta, flor y fruto a la vez, logrando que ésta pudiera ser reconocida en cualquier momento.

Fotografías: Brisceida López

Al concluir la presentación, tres ejemplares del libro se sortearon entre los asistentes.

Por Athziry Portillo