El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina de la UNAM se encuentra en el Palacio de la Escuela de Medicina y en él se guarda la memoria institucional de las Ciencias Médicas en México con la finalidad de darlo a conocer a las nuevas generaciones.

“Hay un autor por ahí de los años cincuenta del siglo XX que dijo ‘hay dos culturas, la cultura de las ciencias y la cultura de las humanidades son separadas y no se pueden juntar’. Pero dos años después se arrepintió al darse cuenta que entre ambas existen puentes que las conectan, y hoy lo vemos”, explicó el doctor Carlos Viesca Treviño, Académico del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad.

Para profundizar en esto y dar voz a lo enlazadas que están estas dos áreas de conocimiento, se celebró la quinta sesión del “Ciclo de charlas para despedir la semana. La pluma y el estetoscopio. Médicos escritores y escritores médicos”, conducido por Francisco Hernández.

El doctor Viesca Treviño contó que Leonardo da Vinci presenciaba disecciones del doctor Marco Antonio Della Torre y dibujaba exactamente lo que se hacía; mientras que Andreas Vesalio editorializaba sus trazos y los hacía más limpios de lo que en realidad eran, ya que tenía una formación más académica. Con esto resaltó que, aunque los especialistas en salud hagan lo mismo, siempre habrá un punto de su formación que los orientará a tomar decisiones profesionales distintas.

Además, informó que en el Archivo Histórico se tienen obras destacadas como una edición original alemana de Vesalio de las Tablas Anatómicas, así como facsímiles de La Fábrica de la primera y segunda edición; una primera edición de las obras completas de Ambrosio Paré; colecciones de las anatomías del siglo XVII, con las anatomías de Willis y los temas relacionados al cerebro, entre otros.

Por su parte, Luis Argudín, Académico de la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM y autor de la imagen del cartel de esta charla, mostró una serie de pinturas y dibujos de distintos artistas, todos ellos del Archivo Histórico, y resaltó que le gustó mucho lo que Godofredo Bidloo hacía, pues tenía un dibujo muy moderno, mucho menos científico o detallado; era más libre. “Otro autor que admiro es a Pietro da Cortona, quien también hacía murales. Era arquitecto e hizo un libro de anatomía que se publicó póstumo a su muerte.”

Por otra parte, contó la anécdota de cuando pidió un libro de Gautier D’Agoty, pues cuando lo vio era enorme y tuvo que ayudar al bibliotecario a cargarlo. De este, destacó las láminas que parecían pintadas al óleo, aunque en realidad eran impresas, y el concepto “gore” que tenían; para ejemplificar, describió la pintura de una mujer que estaba de espaldas y por la mitad se podían ver sus músculos y la carne roja saliendo de las vértebras blancas.

Finalmente, habló de William Hunter, al que calificó como un artista muy sensible por la forma de retratar los órganos y escenas como las de una mujer embarazada con el feto dentro. Sobre este autor, Luis Argudín y el doctor Viesca Treviño debatieron por un largo tiempo para intercambiar ideas de la ciencia médica y la artística. Ve la charla completa en https://fb.watch/7b-jHxpR0R/.

Eric Ramírez