En 1959, Severo Ochoa y Arthur Kornberg recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por el descubrimiento de los mecanismos involucrados en la síntesis biológica del ácido ribonucleico; en 1962, Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins recibieron el mismo premio por sus descubrimientos sobre la estructura molecular de la molécula de ácido desoxirribonucleico. Años después, estos conocimientos junto con diversos hallazgos sobre genética y genómica, serían la base para comprender el funcionamiento de los coronavirus, desarrollar vacunas e identificar variantes virales en la pandemia actual.

“Estos desarrollos científicos vincularon muchas disciplinas y culminaron con el reconocimiento de los investigadores involucrados, todo este background de conocimientos ha sido aplicado en el enfoque de la pandemia”, señaló el doctor Fabio Salamanca Gómez, académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En la conferencia magistral moderada por la doctora Jennifer Hincapie Sanchez, Coordinadora del Programa Institucional de Ética y Bioética FACMED, el doctor Salamanca Gómez explicó que hay virus como el de la viruela que tienen cifrada su información en DNA; los coronavirus la tienen cifrada en RNA, este hecho permite que con sus sucesivas replicaciones sean más susceptibles a mutaciones, originando las variantes que actualmente se conocen.

A medida que el virus se replica en los seres humanos, introduce variantes en su material genético, muchas afectan a la proteína espiga que se relaciona con el receptor de la enzima convertidora de angiotensina II, presente en las células del ser humano; también se modifican otras estructuras virales, por este motivo, las mutaciones han sido más infecciosas que el virus original y se han vuelto predominantes. Tal es el caso de la variante Delta, que en algunas regiones se presenta hasta en un 70 por ciento de los contagios.

En este sentido, el doctor Salamanca Gómez explicó que el virus no está exento de generar variantes más patogénicas que la Delta, además de que es importante recordar que las vacunas evitan enfermedad grave y mortalidad en las personas vacunadas; no obstante, no evitan que puedan contagiarse o transmitir el virus.

El especialista explicó que el mundo no sólo enfrentará a las nuevas variantes del coronavirus, sino que también está expuesto a diferentes pandemias iguales o más graves que la actual.

Por otra parte, destacó que, gracias al apoyo que el país le ha dado a la investigación en diversas instituciones educativas y de salud, ha sido posible identificar diversas variantes en México, por lo cual, el impulso a la investigación científica debe favorecerse, principalmente en los países en desarrollo, para que los investigadores cuenten con los recursos necesarios para enfrentar con éxito las pandemias del futuro.

Ricardo Ambrosio