Regreso Protegido FACMED
“El modelo multicapa (también llamado del queso suizo), se basa en la presencia de varias “rebanadas” (capas) y, en nuestro caso, cada una sería una intervención. Lo que hemos hecho es adaptar este modelo para la reducción de riesgos a las condiciones de la pandemia y específicamente para la Facultad de Medicina, entonces la idea es que tenemos un queso suizo, con sus huecos y cuando cortamos una rebanada nos van saliendo hoyos en diferentes lugares, no hay uno que llegue de principio a fin. El símil es que cada rebanada es una intervención y ésta, por sí misma, puede fallar (tiene hoyos), y por ahí va a entrar el virus, sin embargo, tenemos una segunda capa para contener, y así sucesivamente”, explicó la doctora Guadalupe Silvia García De La Torre, Jefa del Departamento de Salud Pública (DSP).

Bajo este concepto, la primera capa se denominó de “Control Activo” y es importante porque requiere de la participación de la comunidad de la Facultad de Medicina a través del uso de la app “UNAM Salud COVID-19” (descarga iOS: https://apple.co/3gQebFU, descarga Android: https://bit.ly/3uOIYuR), donde se llena un cuestionario de no más de cinco minutos la primera vez, aproximadamente un minuto las veces subsecuentes, y si el resultado sale en color verde, se puede acudir a las instalaciones; si es naranja, es mejor quedarse en casa y aislarse; y si sale en rojo, se recomienda acudir con un(a) médico(a). Lo que se busca son personas que posiblemente tengan la infección o que hayan convivido con alguien con COVID-19.

Precisamente uno de los huecos que se abre en el paso anterior es con los casos asintomáticos, por ello se recurre a monitores preventivos, quienes vigilan que todos tengan puesto el cubrebocas en las instalaciones de la Facultad, aunque estén en la intemperie, que mantengan su sana distancia, que utilicen para comer sólo los lugares destinados para ello, entre otras cosas.

El siguiente nivel es de “Control Ambiental”, y en éste se mide, para cada una de las aulas, la ventilación. Previamente se hicieron pruebas de saturación y de carga para determinar cuántas personas pueden estar en un aula. Con base en ello, se colocaron extractores para facilitar el recambio de aire por hora en cada sitio en donde estaría el alumnado tomando clases. Aquí el personal que funge como monitor ambiental, realiza constantemente mediciones de CO2 y hace ajustes cuando es necesario.

En la tercera capa, de “Detección Temprana Activa”, hay un grupo de personas capacitadas tomando muestras para pruebas rápidas a alumnos, profesores y administrativos, elegidos de forma aleatoria, con la finalidad de detectar posibles casos asintomáticos para brindarles seguimiento; en “Detección Temprana Pasiva” hay un equipo de médicos(as) y epidemiólogos(as) que hacen el seguimiento de las personas detectadas con COVID-19 para iniciar el estudio de “Casos y contactos”, es decir, identificar los contactos efectivos que pudo tener la persona infectada, para proceder a aislarles y así romper cadenas de transmisión, para evitar la presencia de brotes.

Finalmente, el “Control de Eventos” se refiere a contender con la presencia de casos de COVID-19 en la Facultad de Medicina, mediante la metodología del estudio de brote.

Este modelo implementado desde noviembre de 2021, ha sido posible gracias a la colaboración del personal administrativo, así como de los académicos, quienes han puesto a disposición de la Facultad de Medicina su tiempo y esfuerzo para lograr que se tengan áreas protegidas. De hecho, se tienen 49 monitores preventivos; 25 ambientales; tres de app y de riesgo; 10 de muestreo; dos de seguimiento; nueve de información, análisis y control epidemiológico; y siete más de estrategia. Cada uno de ellos tiene tareas específicas que ayudan a que otros cumplan las suyas.

Por ello, la Jefa del DSP consideró positiva la implementación del modelo, pues desde el año pasado que comenzó a utilizarse, no se tiene ningún brote y eso es justamente porque cada persona hace su tarea. Ahora que los alumnos regresaron a prácticas presenciales hay más afluencia y se ha detectado en las aulas un aumento de CO2, por lo que se han realizado los ajustes previstos para poder continuar con las actividades académicas de la mejor manera.

“Tenemos este modelo porque somos Facultad de Medicina, significa que somos personas con la formación para diseñar este tipo de intervenciones y llevarlas a cabo. Este modelo podría ser aplicado en otras facultades, porque no somos “burbujita”, formamos parte de la comunidad universitaria, así que si en alguna de las facultades aledañas se presentara un brote, es probable que se extendiera también hacia nosotros. Esta es una estrategia que se podría seguir a nivel Universidad para hablar de un regreso protegido”, destacó la doctora García De La Torre.

De igual manera, reiteró el llamado para que todos los que integran la comunidad de la Facultad tomen con seriedad las indicaciones respecto al cubrebocas y la sana distancia, pues el objetivo es cuidarse a uno mismo y a los demás. “Un reconocimiento a nuestras autoridades, porque el apoyo y la confianza han sido totales, y a cada una de las áreas de la Facultad que han participado con entusiasmo, nos estamos coordinando bastante bien y con una actitud muy positiva. Todo esto lo hacemos por nuestra comunidad, por nuestro alumnado, pero también por nuestra población administrativa y académica. Al alumnado le diría: ‘somos su Facultad, los queremos proteger, permítanos protegerlos, trabajemos juntos’”, concluyó.

Eric Ramírez