Se considera alimentación a base de plantas a un patrón de consumo centrado en frutas, verduras, legumbres, semillas y granos enteros, excluyendo o minimizando la ingesta de carnes de cualquier origen, lácteos, huevo, productos refinados y procesados. 

“Alrededor del 10 por ciento de la población a nivel mundial tiene un patrón dietario a base de plantas, siendo India el país con la mayor cantidad de personas que se adhieren a este hábito de consumo”, señaló la maestra Mariel Lozada Mellado, profesora de la Licenciatura en Ciencia de la Nutrición Humana (LCNH) de la Facultad de Medicina de la UNAM, durante la conferencia “Alimentación basada en plantas”, moderada por la doctora Elvira Sandoval Bosch, Coordinadora de la LCNH y transmitida por Facebook Live (https://bit.ly/3vAQZSG) y YouTube (https://youtu.be/ADKUCo7dQj0).

En México se han hecho pocos estudios para identificar este tipo de dieta, el más reciente se realizó en 2021 y se estima que aproximadamente el 9 por ciento de la población adulta tiene este tipo de dieta, enfatizó la maestra Lozada Mellado al resaltar que el consumo a base de plantas no es lo mismo que ser vegetariano, vegano, ovo-lacto vegetariano, pesco-vegetariano u omnívoro, ya que éstos se basan en excluir alimentos, mientras que en la alimentación basada en plantas se priorizan ciertos grupos alimenticios.

Este patrón dietario es rico en cuatro componentes: fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos, los cuales brindan beneficios a la salud, incluso hay evidencia del efecto positivo de esta alimentación en diferentes enfermedades como cáncer, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y obesidad.

Padecer o reincidir en algún tipo de cáncer está relacionado con los hábitos de alimentación, y es menor el riesgo en quienes tienen como base alimenticia las plantas, ya que el consumo diario de 100 gramos de carne aumenta un 8 por ciento la mortalidad por cáncer, mencionó la experta al explicar que en la diabetes tipo 2 este tipo de alimentación ayuda por el gran consumo de fibra que se obtiene, y se relaciona con el control de la Hemoglobina glucosilada (HbA1c), reduce el riesgo de complicaciones derivadas de la diabetes, aumenta la esperanza de vida y ayuda con el control de peso.

Asimismo, recordó que los factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares son la dislipidemia, el sobrepeso, la obesidad y la hipertensión, los cuales se pueden intervenir con una alimentación a base de plantas, disminuyendo entre un 19 y 32 por ciento el riesgo de muerte comparados con patrones dietéticos con alto consumo de productos de origen animal.

“La alimentación a base de plantas mejora los niveles de lípidos en la sangre, reduce el Índice de Masa Corporal y la circunferencia de la cintura relacionada con el sobrepeso y la obesidad, ya que es efectiva para la pérdida de peso sin comprometer la calidad de la dieta, mejora el control glucémico, disminuye las concentraciones en un 32 por ciento de proteína C reactiva y baja los niveles de presión arterial, lo cual ayuda a reducir las enfermedades cardiovasculares”, detalló la maestra Lozada Mellado.

Sin embargo, recalcó que mejorar los hábitos de alimentación no es suficiente para tener una buena salud, pues se debe acompañar de cambios en el estilo de vida para que la alimentación a base de plantas proporcione los beneficios mencionados, como tener actividad física de manera regular, establecer horarios de comida, mejorar los hábitos de sueño y desenvolverse en un medio ambiente saludable.

En cuanto a los beneficios ambientales que tiene esta dieta, se encuentra un impacto menor en el cambio climático debido a que disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero, reduce el uso de agua dulce para la producción de alimentos, hay menos deforestación y, por ende, menos pérdida de la biodiversidad comparada con el consumo de alimentos de origen animal y procesados.

Para considerar un patrón de alimentación saludable se tienen que cumplir ciertas características: debe ser completa y tener todos los nutrimentos, ser equilibrada, que no signifique un riesgo a la salud, ser suficiente a las necesidades individuales, variada y adecuada al contexto sociocultural de los individuos.

“Hay ciertas consideraciones que hay que tomar en cuenta en la alimentación basada en plantas. Debido a que se prioriza cierto grupo de alimentos, las personas que adoptan esta dieta tienen más riesgo de presentar algunas deficiencias de calcio, hierro, vitamina B12 y de ácidos grasos esenciales”, advirtió la maestra Lozada Mellado.

Finalmente, recomendó que si se decide adoptar esta dieta, se debe adecuar a las características y necesidades individuales, así como tener asesoría del experto de la nutrición para evitar estados carenciales y, en caso de eliminar por completo el consumo de carne, tener una suplementación de vitamina B12.

Karen Hernández