“Me siento muy feliz de poder dar a México un Servicio Social en una zona alejada en la cual es muy difícil el acceso. He podido dar atención de calidad con la formación que la Facultad me ha permitido adquirir durante la carrera, y el hacer una retribución con mi profesión me hace sentir orgulloso y dispuesto a hacerlo cada vez más”, aseguró Antonio Alberto Infante Landeros, médico pasante de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien realiza su Servicio Social en la Unidad Médica Rural número 84 “Capitán Luis Ángel Vidal”, ubicada en la Sierra Madre de Chiapas.

“Es muy importante esta labor porque ayuda al desarrollo de la humanidad, ya que se busca que los servicios de atención a la salud se puedan llevar a zonas de difícil acceso, y eso fortalece que el desarrollo de una comunidad sea de mejor calidad”, aseguró Antonio Alberto al recordar que eligió esa sede porque desde que entró a la Licenciatura de Médico Cirujano se planteó, junto con su mamá, el realizar su Servicio Social en una zona alejada que necesitara de un profesional en el área de la salud, pues desde su experiencia, visualizó la precariedad de personal médico en lugares rurales: “Yo vengo de un municipio llamado Apan, Hidalgo, en el cual, en diversas ocasiones, nos vimos en la necesidad de buscar un médico y era muy difícil encontrarlo, entonces crecí con la idea de poder hacer la diferencia cuando acabara la carrera”, apuntó.

“Nos formamos para ayudar y para hacer de México un mejor país“.

Dentro de las grandes ventajas que ha encontrado al realizar su Servicio Social en una sede rural, es que tiene la oportunidad de ver muchos pacientes con todo tipo de patologías y eso le ha ayudado a explotar su potencial, además de que puede darles un seguimiento más estrecho, por lo que los pacientes valoran mucho su trabajo.

Asimismo, comentó que el ser una persona ajena a la población requiere de aceptación por parte de ella, por ende, “brindar un buen trato a los pacientes, darles un mejor diagnóstico, tratamiento y seguimiento, acudir a los eventos de la comunidad o ir a visitas médicas a sus hogares, ayuda a relacionarse con la comunidad y a entender mejor el contexto en el cual nos desarrollamos“.

Durante esta experiencia ha confirmado que, como médico, jamás deja de estudiar y de aprender; además, a nivel personal, aprecia más la vida, e incluso considera ser una persona privilegiada por tener una carrera universitaria y acceso a diversos conocimientos, lo que lo hizo valorar el papel que desempeña y querer aportar su granito de arena a la sociedad.

Finalmente, Antonio Alberto compartió que le gustaría fomentar a las próximas generaciones de médicos pasantes la importancia de realizar un Servicio Social Médico en una zona de difícil acceso, llevando atención de calidad y luchando por un sistema de salud en el cual se pueda lograr que todos tengan acceso a un servicio sanitario de la mejor atención: “Esto ayudará a que pongan en práctica todos los conocimientos que han adquirido y a entender a nuestras comunidades. La labor que ejercemos es grande, ya que buscamos llevar el espíritu universitario a todas las partes del país”, aseguró.

Karen Hernández