La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de una incapacidad para realizar las actividades diarias durante 14 días o más.

La doctora Laura Barrientos Nicolás, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que “en muchas ocasiones la población en general utiliza en forma desmedida el término de depresión, el cual a veces se llega a confundir con la tristeza, por lo que debemos saber que ésta es una emoción frecuente que puede llegar a presentarse en diversas situaciones, lo cual es absolutamente normal, y en el trastorno depresivo la tristeza tiene que ser un síntoma continuo dentro de otro tipo de síntomas, hablamos de un mínimo de persistencia de dos semanas”.

Asimismo, comentó que se conoce como Episodio depresivo cuando se ha presentado una sola vez en la vida y cuando se presenta de forma recurrente o a lo largo de la vida se trata de un Trastorno depresivo mayor.

Durante la conferencia organizada por la Facultad de Medicina y la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, y transmitida por YouTube, la doctora Barrientos Nicolás indicó que el diagnóstico de la depresión es clínico, y aclaró que no hay estudios de laboratorio y/o gabinete que sean específicos a diferencia de otras especialidades médicas, “se realiza de acuerdo a criterios diagnósticos que están establecidos a nivel mundial y nos basamos en dos fuentes principales que son el CIE-11 y el DSM-5”, apuntó al señalar que alrededor de 350 millones de personas en el mundo llegan a presentar depresión.

En su momento, la doctora Lucía Ledesma Torres, académica de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, expresó que dentro de los síntomas patognomónicos de la depresión se encuentra el ánimo bajo y disminución del placer para realizar actividades, cambios en el apetito, ya sea disminución o aumento, insomnio o hipersomnia, agitación o retraso psicomotor, fatiga o pérdida de energía, dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.

“Nosotros los clínicos debemos apegarnos a una serie de criterios que vamos explorando en la entrevista clínica, es decir, preguntar cuánto tiempo lleva con esos síntomas, si representa un cambio del funcionamiento, si se han comenzado a presentar consecuencias que tienen que ver con incapacidades laborales, ausentismo escolar, deterioro en las relaciones familiares o abandono de las redes de apoyo; también se puede presentar la exclusión de diversas actividades y agregarse otras condiciones, por ejemplo, ansiedad, melancolía, distimia y distorsiones en la percepción”, reveló la experta.

De igual manera, informó que parte del tratamiento está relacionado con cambios en las políticas públicas, acciones de autocuidado donde debemos recordar que la salud mental es de todos, pues recalcó que todos somos responsables de la salud mental desde nuestras trincheras, “debemos darle importancia al tratamiento farmacológico dejando atrás cualquier estigma, el paciente debe fortalecer sus redes de apoyo, y no debemos olvidar la psicoterapia y la prevención de recaídas adoptando medidas de autocuidado, como la realización de actividad física y una alimentación adecuada, porque no hay salud sin salud mental», concluyó la doctora Ledesma Torres.

Azucena Xancopinca