Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la COVID-19 destacaron la tendencia decreciente de las muertes, la disminución de las hospitalizaciones y los ingresos en unidades de cuidados intensivos relacionados, así como los altos niveles de inmunidad de la población al virus SARS-CoV-2, por lo que el 5 de mayo de este año se determinó que ya no constituye una emergencia de salud de importancia internacional.
“Es importante enfatizar que aunque el comunicado de la OMS indica que la COVID-19 ya no es una emergencia de salud de importancia internacional, sigue siendo un problema de salud pública porque aún hay una gran cantidad de casos; es un virus que llegó para quedarse, y sobre todo las personas que tienen factores de riesgo y nunca se han vacunado son quienes pueden tener un desenlace grave”, indicó la doctora Rosa María Wong Chew, Jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, durante la conferencia transmitida por Facebook Live y YouTube.
También, la doctora Wong Chew apuntó que en el caso de México se han reportado un total de 7 millones 614 mil casos positivos de personas con COVID-19 y 334 mil fallecimientos; a pesar de que estuvieron entrando al país diferentes variantes del virus, la mortalidad y hospitalización disminuyó por la vacunación: “Debido a la gran tasa de mutación del virus, las empresas farmacéuticas Pfizer y Moderna crearon las vacunas bivalentes de mRNA, las cuales contienen el virus de la cepa original de Wuhan, China, combinadas con las variantes BA.4 y BA.5”, que se empezaron a aplicar en agosto de 2022 en Estados Unidos, mostrando su efectividad en varios estudios.
Asimismo, señaló que el 28 de marzo de 2023 se actualizó la guía de vacunación contra COVID-19 de la OMS, en la que identificaron a tres grupos prioritarios y especificaron cuándo es recomendable aplicar la vacuna de refuerzo: en un plazo de 6 a 12 meses tras la última dosis deben reaplicársela los adultos mayores de 60 años con comorbilidades importantes como diabetes y cardiopatías, personas mayores a 6 meses con inmunodeficiencias, embarazadas y personal de salud (grupo prioritario alto); una dosis de refuerzo los adultos menores a 60 años sanos, niños y adolescentes con comorbilidades (grupo prioritario medio); y se debe considerar la morbilidad y la relación costo-eficacia en niños y adolescentes sanos de entre 6 meses y 17 años (grupo prioritario bajo). Sin embargo, hay que reflexionar que, en el contexto de endemia, ahora los niños serán los grupos vulnerables, pueden desarrollar neumonía, presentar PIMS o COVID largo, por lo que habrá que considerar la vacunación en este grupo de edad.
Finalmente, la experta indicó que las vacunas han tenido un papel muy importante en la prevención de casos graves y muertes, pero sigue habiendo brotes y casos por nuevas variantes de Ómicron; las vacunas bivalentes han mostrado efectividad en evitar hospitalización y muerte por las nuevas variantes; el SARS-CoV-2 persiste con la posibilidad de mutar; la inmunidad híbrida da mayor protección; existe la necesidad de vacunas actualizadas con variantes parecidas a las circulantes; y se recomienda a personas con factores de riesgo (mayores de 65 años, obesidad, diabetes, cardiopatías, inmunosupresión, cáncer, embarazadas, personal de salud, etcétera) continuar con medidas de protección y vacunación de refuerzo.
*Ilustración: Abagail Galindo
Karen Hernández