El pasado 24 de julio dio inicio la fase de transición hacia la formación clínica para 1,192 alumnos de 5º semestre de la carrera de Médico Cirujano, distribuidos en 110 grupos. Estos alumnos acuden a 94 diferentes sedes clínicas del Sector Salud con las que la Facultad de Medicina de la UNAM mantiene colaboración académica; las sedes clínicas formadoras pertenecen al IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud, Servicios de Salud Pública y Secretaría de Salud de la Ciudad de México, Instituto de Salud del Estado de México y, a partir de este año, el Centro Médico Universitario se incorpora al grupo de campos clínicos que reciben a nuestros alumnos contribuyendo a una formación integral, contextualizada y de calidad.

Es en el tercer año (5º semestre) cuando los alumnos dejan el ambiente escolarizado y eminentemente teórico que se desarrolla en las aulas o controlado como ocurre en los laboratorios y escenarios de simulación médicoquirúrgica de la Facultad de Medicina, para incorporarse a un ambiente profesional cotidiano de aprendizaje en la práctica clínica, donde se enfrentan a contextos, retos y problemas de salud progresivamente más complejos, siempre bajo la tutela de profesores experimentados, con la finalidad de integrar lo aprendido en las ciencias básicas, con la atención del paciente en la práctica clínica, y desarrollar el pensamiento crítico, a través de un aprendizaje activo, significativo, constante y permanente que culmina en la competencia del juicio clínico, muy necesaria para la solución eficiente de los retos y problemas de salud que se presentan en la sociedad.

En las sedes clínicas, el alumno se ve motivado a participar activamente debido a la relevancia que implica la atención al paciente, y a pesar de la variabilidad natural que implica la práctica clínica, se desarrolla como un continuo de momentos académicos significativos durante los cuales el alumno piensa críticamente y aprende bajo la supervisión del tutor, está presente y reconoce la forma empática con la que su mentor trata al paciente.

También observa cómo estructura su razonamiento clínico para tomar las decisiones diagnóstico-terapéuticas y
vive la forma en que se manifiesta el profesionalismo en su profesor que entonces se convierte en un modelo a seguir; también es testigo de cómo se integran los atributos necesarios como respeto, compasión, confidencialidad, integridad y responsabilidad durante la atención del paciente.

En general, la experiencia clínica, aunque se ve influenciada por varios factores, como la propia motivación, permite el desarrollo del compromiso y autonomía del alumno ante su propio aprendizaje, debido a la importancia que percibe en las experiencias clínicas y cómo experimenta la adaptación de su estilo de aprendizaje y autoreflexión a los contextos del campo clínico, donde la interrelación entre profesores y alumnos, así como las influencias que permean la estructura y la cultura de las instituciones, constituyen el día a día en la sede hospitalaria y son modelos tácitos que juegan un papel fundamental en las conductas profesionales que los alumnos aprenden.

Por estas razones, la Facultad de Medicina, a través de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social agradece a los profesores su gran compromiso docente y a las Instituciones de Salud la oportunidad para que los estudiantes se incorporen a los centros de atención donde paso a paso y con la calidad que los caracteriza, los ayudan a consolidar su perfil profesional. Y, a su vez, felicita a los alumnos por esta nueva etapa tan significativa en el camino de su formación como futuros médicos.