Vania Lizeth Navarrete Hernández, una prometedora investigadora universitaria, compartió sus experiencias y aspiraciones acerca de su estancia, que realiza desde el 1 de agosto al 23 de octubre del presente año, en el Instituto de Investigaciones en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
“Siempre fui muy curiosa y me preguntaba por qué ocurrían las cosas. Sin embargo, fue durante la preparatoria, gracias al programa ‘Jóvenes hacia la investigación’, que decidí que quería embarcarme en la búsqueda científica durante mi carrera”, comentó. Este interés la llevó a descubrir la Licenciatura en Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UNAM, que se convertiría en su puerta al mundo de la investigación.
Al hablar de su decisión de viajar a la capital de la República Argentina, explicó: “No estaba buscando un país o institución en particular. Mi objetivo era encontrar laboratorios y programas de investigación alineados con mis intereses. Tras enviar correos y tener entrevistas, el grupo del doctor en Psicología Ángel M. Elgier resultó ser el más acorde a lo que buscaba”. Él es director del proyecto ‘El temperamento, los estilos parentales y el nivel socioeconómico como factores moduladores de la frustración en los bebés’, una investigación que analiza cómo factores de crianza y sociodemográficos influyen en habilidades cognitivas de niños. “Desde temprano visitamos jardines infantiles, evaluamos a niños y conversamos con sus cuidadores primarios. Estamos enfocados en entender cómo variables externas pueden influir en el desarrollo cognitivo de estos pequeños”, especificó.
“Al llegar a Buenos Aires, muchos se sorprendieron de cuánto sabía, a pesar de mi edad”, afirmó. “Esto fue gracias a la UNAM que me proporcionó herramientas para la investigación en Neurociencias desde una etapa temprana de la licenciatura. Sin duda, la posibilidad de integrarnos como estudiantes y estar en contacto directo con laboratorios fue fundamental desde los primeros años”, añadió agradecida.
Vania detalló que su interés como investigadora radica actualmente en el desarrollo de metodologías basadas en la evidencia científica que mejoren el mecanismo de enseñanza-aprendizaje de los niños y adolescentes. “Me gustaría contribuir a entender cómo el cerebro aprende en los salones de clase y cómo algunos trastornos del neurodesarrollo influyen en este proceso para poder implementar nuevas estrategias de educación. Esta estancia es sólo el primer paso de muchos para lograr mi objetivo”.
Para ella, los desafíos no se han hecho esperar, pero son vistos como oportunidades de crecimiento. “A nivel personal, aprender a vivir sola en una nueva cultura ha sido un gran paso. Y profesionalmente, el trato humano en la investigación es un aprendizaje constante. Siento que estas experiencias sólo añaden valor a mi formación“, reflexionó.
La joven universitaria también reconoció la ayuda que recibió de la Unidad MAVI de la Facultad, siendo un factor clave en los trámites y oportunidades de intercambio estudiantil que la llevaron a calificar para esta estancia.
Por Athziry Portillo