En una victoria sin precedentes, el equipo varonil de voleibol de playa de la Facultad de Medicina de la UNAM se consagró como campeón de los Juegos Universitarios 2023. Integrado por los estudiantes de la Licenciatura de Médico Cirujano, José Rodrigo Ayala Navarrete, Lorenzo Emmanuel Merino Duarte, Marco Antonio Ruiz Zúñiga y Johann Silva Pulido, este conjunto ha dejado una marca imborrable al lograr el primer puesto por primera vez en esta categoría.

La emoción tras la victoria fue palpable en las palabras del capitán José Rodrigo: «Se siente como un sueño. Desde que entré a la Universidad, soñé con este momento y me siento agradecido con la vida por permitirme ser parte de esta hazaña». Por su parte, Johann reflejó una alegría contagiosa: «Me siento increíblemente feliz. Nos esforzamos muchísimo y se puede ver el fruto de nuestro trabajo en este triunfo».

El camino hacia el campeonato, aunque dorado, no estuvo exento de obstáculos. El equipo relata cómo, en diversas etapas, se vieron forzados a adaptarse y evolucionar, especialmente contra equipos competentes y exigentes tácticamente. Los partidos, si bien desafiantes, también ofrecieron oportunidades para que el equipo mostrara su tenacidad y habilidades en la arena. Después de enfrentarse a equipos como la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, y las facultades de Psicología y Economía, las etapas decisivas los vieron luchar con ímpetu contra la Facultad de Ingeniería y la FES Aragón, en la semifinal y la final, respectivamente. Coincidiendo todos en señalar a la Facultad de Ciencias como el rival más retador, la cual fue su contrincante en los cuartos de final.

Los desafíos no sólo surgieron en el juego, sino también en la preparación, que, si bien fue continua, también fue intensa. Las horas de entrenamiento, la selección de tácticas y el fortalecimiento del vínculo del equipo fueron esenciales para asegurar su éxito. 

Hicieron referencia a su estrategia de ver esta competencia como una oportunidad de aplicar a otra disciplina lo que la Medicina les ha enseñado. Desde el coraje que se necesita para afrontar eventualidades y permanecer concentrado, la sabiduría y la calma para optar por el mejor camino, y la velocidad de pensamiento para encontrar soluciones, son algunas de las habilidades y cualidades que les ha brindado la Facultad, mismas que les permitieron tener un buen rendimiento.

Además del apoyo mutuo, el papel de las personas detrás de escena fue crucial. Cada jugador hizo especial mención a quienes estuvieron junto a ellos, proporcionando apoyo moral, técnico y táctico. Desde los entrenadores hasta las familias y amigos, la victoria fue un esfuerzo colectivo. El reconocimiento también se extendió a la Facultad de Medicina y la Universidad, cuyo apoyo constante infundió al equipo el espíritu y la determinación para avanzar y finalmente triunfar.

Mirando hacia el futuro, el equipo se llena de una energía renovada y una ambición clara, visión que compartió emocionado Lorenzo Emmanuel: «Este logro es sólo el comienzo. Esperamos que este campeonato sea el precursor de muchos más para la Facultad de Medicina, tanto en los próximos Juegos, y por qué no, en la Universiada Nacional 2024”. La representación de su prestigiosa Facultad no es algo que tomen a la ligera, tal y como lo expresó Marco Antonio: «Vestir la playera de esta institución es un desafío, pero el honor es aún mayor».

El mensaje para la comunidad estudiantil y todos aquellos que los han respaldado es claro y motivador: la determinación, el compromiso y la pasión son claves para el éxito. «Enfrenten sus miedos, salgan de su zona de confort, busquen constantemente crecer y superarse. Si se esfuerzan al máximo en cada aspecto, sus vidas tomarán un rumbo sorprendente», subrayó el capitán del equipo.

Pero, más allá de las celebraciones y las medallas, hay un mensaje resonante para todos los compañeros universitarios: «El esfuerzo diario es esencial. No lograr un objetivo no es un fracaso, es una motivación para trabajar aún más duro y alcanzar nuestras metas», reflexionó Johann.

Mientras el equipo celebra su victoria, hay una mirada hacia el futuro. El título de campeones no es un destino, sino más bien un comienzo. Con jóvenes talentos y una estructura de apoyo sólida, la Facultad de Medicina tiene ante sí una brillante senda de oportunidades en el deporte universitario. Este triunfo ha sentado las bases para futuras generaciones, inspirando a más jóvenes a perseguir sus pasiones, ya sea en el campo de la Medicina o en las canchas de voleibol de playa.

Por Athziry Portillo