HISTORIAS DE ÉXITO #MUJERES FACMED

Mi nombre es Cecilia Teresa Ximénez García. Ser médica fue obra del destino, cuando llegué a la Ciudad de México para ingresar a la Universidad quería estudiar una carrera de humanidades, pero me equivoqué de fila cuando iba a hacer mi examen de admisión y terminé inscribiéndome en el área de la salud; fui afortunada, me encantó, disfruté mucho mi etapa universitaria en la Facultad de Medicina.

Como mujer y médica siempre me he sentido respetada, el respeto se gana con respeto y me he ganado el respeto de mis compañeros, amigos y colegas. Tampoco he tenido problemas con la figura de autoridad, mi relación con mis superiores ha sido profesional, mi trabajo como académica me ha dado la confianza en mí misma y una sólida autoestima, lo que permite evitar situaciones incómodas. En ese sentido, las mujeres hemos avanzado y en la ciencia hemos ganado un territorio cada vez más amplio y trascendente.

Una vez que me gradué como Doctora en Ciencias Biomédicas en esta Universidad, mi interés en la investigación ha ido variando a través del tiempo, siempre explorando nuevos campos a medida que la tecnología y el avance del conocimiento científico fue evolucionando. Cuando comencé mi posgrado, la tecnología de los anticuerpos monoclonales estaba en auge, y junto con mi tutor, fuimos pioneros en México en la producción de anticuerpos monoclonales contra amibas, lo que permitió diferenciar entre amibas patógenas y no patógenas de manera revolucionaria.

Con el paso de los años, la biología molecular y la genómica empezaron a ganar relevancia. Mi equipo y yo trabajamos en colaboración con varios grupos de investigación nacionales y extranjeros, así diseñamos una prueba para la diferenciación genética entre amibas patógenas (Entamoeba histolytica) y no patógenas (Entamoeba dispar) mediante un PCR, siendo precursores en este campo en nuestro país.

Fotografías: Carlos Díaz

En los años setentas y ochentas, México fue pionero en el estudio de la amibiasis humana y aportó grandes avances en el conocimiento de la enfermedad y del propio parásito. El doctor Bernardo Sepúlveda Amor lideró a un grupo muy destacado de investigadores nacionales y extranjeros en ese campo; de hecho, la cepa de referencia de E. histolytica HM1-IMSS es la que se utiliza en todo el mundo en laboratorios de investigación de amibiasis. Estos descubrimientos fueron fundamentales para comprender la genética de las amibas y su relación con la enfermedad. Ahora nuestro interés está dirigido al estudio del ecosistema intestinal donde conviven una gran cantidad de microorganismos bacterianos, virales, parásitos, arqueas y hongos; en particular, nos interesa el estudio de las interrelaciones de dichos microorganismos y sus consecuencias en la salud del huésped humano.

Me dio mucho gusto recibir el Reconocimiento “Sor Juana Inés de la Cruz” 2023, realmente yo no lo busqué, fueron mis compañeros de trabajo quienes me postularon, y eso me alegró enormemente. Los premios aportan prestigio, sin embargo, espero que me facilite la gestión de recursos para poder brindarles a mis alumnos las herramientas que necesiten para sus investigaciones.

El mayor logro a lo largo de mi trayectoria es que mis estudiantes han sido capaces de establecer sus propios grupos de investigación. Me llena de orgullo ver cómo han sobresalido en el campo de la ciencia.

Representar a las mujeres en el campo de la Medicina e investigación es una experiencia gratificante. En mi laboratorio nunca hemos tenido problemas de género, todas y todos tienen un papel importante en lo que se produce, y si cada uno hace su trabajo, el resultado es exitoso.