A partir del 8 de noviembre, la Unidad de Medicina Experimental (UME) lleva el nombre del doctor Ruy Pérez Tamayo como un reconocimiento a su destacada labor como médico, científico, divulgador y filósofo de la ciencia. Para celebrar este hecho, la Facultad de Medicina de la UNAM realizó un homenaje y develó una placa en su honor.

En presencia de amigos y compañeros reunidos en el auditorio “Dr. Isaac Costero” de la UME, el doctor Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina, recordó que “hace unos años, el Consejo Técnico de la Facultad decidió que esta Unidad llevara el nombre del doctor Pérez Tamayo, pero debido a la pandemia por COVID-19 no habíamos podido celebrar este evento. Finalmente, hoy hacemos este acto de justicia para honrarlo”.

Asimismo, destacó que el homenajeado hizo varias contribuciones en la formación de recursos humanos, así como en la difusión de la ciencia y la cultura: “Sus aportaciones perdurarán a lo largo del tiempo, su visión fue ampliamente reconocida durante su paso por instituciones destacadas como la Academia Mexicana de la Lengua y la Academia Nacional de Medicina de México. Lo recordamos con muchísimo cariño y respeto”.

El doctor Jaime Berumen Campos, Jefe de la UME, recordó que el doctor Pérez Tamayo fundó el Departamento de Investigación en Medicina Experimental en el sexto piso de la Facultad de Medicina, con el objetivo de realizar investigaciones científicas en patología humana. Posteriormente, en 1996, se trasladó al edificio que actualmente ocupa en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” (HGM) con la misión de elevar su nivel académico y científico: “Estoy seguro que el doctor Pérez Tamayo estaría muy orgulloso de cómo ha evolucionado su Unidad”.

Asimismo, mencionó que la gran productividad de la Unidad se debe a que han seguido la misma política científica que les enseñó el doctor Pérez Tamayo: “Cada investigador es su propio jefe; cada científico diseña su programa y horario de trabajo, de acuerdo a las necesidades de su proyecto; es importante estimular la creatividad y promover nuevas ideas para resolver proyectos científicos; hay que impulsar la pasión por la ciencia; y, finalmente, ser felices con lo que hacemos”.

En su participación, el doctor Eduardo López Corella, académico de la Facultad de Medicina, habló de “Un milagro en el Hospital General”, y señaló que “el investigador ideal profundiza en un solo problema hasta agotarlo. El doctor Pérez Tamayo no fue ese tipo de investigador, él fue renacentista, vio la ciencia desde una gran pantalla multicultural y le interesó todo. Eso es muy enriquecedor, pues si se hubiera concentrado en una idea, nos hubiéramos perdido al filósofo de la ciencia, al explorador de la bioética, al gran maestro y al historiador de la enfermedad”.

“Ahora que la Unidad lleva su nombre, deseo que nunca se convierta en una torre de marfil. Los invito a tener presencia en la vida cotidiana del HGM, enriquezcan su revista médica con información, traten de colarse en la vida cotidiana de todos los servicios para que todos sepan lo que se hace en la UME y lo aprovechen”, agregó el doctor López Corella.

“RPT, mi mentor”, fue el tema de la doctora Annie Pardo Cemo, Profesora Emérita de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en el cual recordó que conoció al doctor Pérez Tamayo en 1969 en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM por recomendación de amigos en común, quienes le informaron que el homenajeado estaba montando un laboratorio y buscaba a alguien para una plaza de ayudante de investigador: “Desde el primer encuentro con él, me alucinaron sus explicaciones de patología molecular y su interés por los padecimientos”.

Asimismo, indicó que “el impacto de su personalidad tuvo una gran influencia en los que tuvimos la fortuna de ser sus estudiantes y amigos. Además, en mi caso, definió mi vida profesional, de él aprendí a hacer crítica de los hallazgos, a tratar de encontrar respuestas a las múltiples preguntas que un estudio nos genera, a darle un hilo conductor a las historias. Conocerlo fue un momento decisivo en mi vida”.

En el homenaje también transmitido por Facebook Live, la doctora Patricia Grether González, especialista en Genética Médica del Centro Médico ABC, habló de la “Ética médica y bioética, el legado de Ruy”, y comentó que el doctor Pérez Tamayo era un personaje integral que dedicó su vida a la investigación, la medicina, la ciencia, la divulgación científica, la enseñanza, la escritura de textos y, por si fuera poco, a la lengua española, la música y la filosofía: “Nos reunimos para recordar la vida y obra de quien fue impulsado por su espíritu en la búsqueda de la verdad, el arte, la belleza y la justicia. Sin duda, un ser humano excepcional.»

Fotografías: Adrián Álvarez

Así, destacó que “el doctor Pérez Tamayo pasará a la posteridad como un filósofo y científico que dejó huella en muchas áreas. Sin embargo, su participación en la construcción de la bioética con ese talante renacentista tan suyo le imprimió, sin lugar a dudas, un sello particular que forma parte de la esencia misma de la ética y bioética en México”.

En su oportunidad, la doctora Ingeborg Becker, Coordinadora Académica de la UME, mostró una serie de imágenes de 1996 a 2022 de la UME y del homenajeado, a quien recordaron con cariño.

En el presídium también estuvieron autoridades de la Facultad de Medicina como las doctoras Irene Durante Montiel, Secretaria General, y Paz María Salazar Schettino, Jefa de la División de Investigación; así como la doctora Guadalupe Guerrero Avendaño, Directora del HGM.

Por Karen Hernández