En México, se han notificado un total de 859 casos probables de sarampión o rubéola, es decir, sospechosos, de los cuales se han confirmado 4 de sarampión; de éstos, 1 es importado y 3 probablemente relacionados a importación. La presencia de fiebre, exantema maculopapular, tos, coriza, conjuntivitis o adenomegalias son síntomas que pueden clasificar a la persona que los posea como un caso probable de sarampión, sin importar su edad. Para confirmarlo, es necesario hacer pruebas de laboratorio.

Ante el último aviso epidemiológico emitido por la Secretaría de Salud el pasado 9 de abril sobre esta enfermedad, la Facultad de Medicina y la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM convocaron a una conferencia de prensa el pasado 11 de abril, donde las doctoras Rosa María Wong Chew, Jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, y María Guadalupe Miranda Novales, Jefa de Coordinación de Actividades del Plan Universitario para el Control de Resistencia Antimicrobiana de la UNAM, quienes también son infectólogas pediatras, hablaron de la situación que se vive actualmente en nuestro país.

En la actividad transmitida por YouTube, la doctora Wong Chew explicó definiciones operacionales, los síntomas y estrategias de prevención del sarampión, además de su panorama histórico. “Es una enfermedad exantemática ocasionada por el virus perteneciente a la familia Paramyxoviridae del género Morbillivirus. Es altamente contagioso, ya que una persona infectada puede contagiar 12 o hasta 18 personas susceptibles; además, se propaga a través de gotitas respiratorias y puede permanecer en el aire o superficies por horas”, remarcó.

Asimismo, indicó que las recomendaciones para el personal de la salud ante esta situación son: notificar cualquier sospecha de un caso, realizar el estudio epidemiológico, pruebas de laboratorio, implementar un cerco epidemiológico y hacer seguimiento puntual del mismo. Para el resto de la población recomendó el lavado de manos frecuente; cubrir nariz y boca al estornudar; evitar compartir alimentos, cubiertos y vasos; limpiar y desinfectar áreas de uso común; actualizar esquema de vacunación; usar cubrebocas cerca de personas enfermas y, en caso de presentar síntomas, acudir al médico y evitar el contacto con la gente.

Por su parte, la doctora Miranda Novales recordó la importancia de la vacunación: “Las personas más susceptibles de contraer la enfermedad son aquellas que no han sido vacunadas. En México, durante el año 2013, 2017 y 2019 las tasas de vacunación fueron del 65 por ciento lo que convierte a esas personas sin vacunar en susceptibles. incluyendo a aquellas que sólo tienen una única dosis”. En la cartilla nacional de salud para niñas y niños en México se establece que a partir del 2023 se deben aplicar 2 dosis de la vacuna contra sarampión a los 12 y 18 meses de edad, respectivamente.

Finalmente, las ponentes contestaron preguntas del público, en donde reiteraron que la vacunación es la herramienta principal para protegernos de esta enfermedad; asimismo, recomendaron no caer en la desinformación ocasionada por los grupos anti-vacunas y explicaron que una persona que ya se ha enfermado previamente de sarampión, no vuelve a enfermarse por la memoria inmunológica que desarrolla su cuerpo.

Por Fernando Jacinto