Paulina Carbajal Fernández, médica pasante de la Facultad de Medicina de la UNAM, realiza su Servicio Social en el Centro de Salud de Santa María Colotepec, Oaxaca. Este pequeño municipio, enclavado en la costa del Pacífico mexicano, se beneficia del compromiso y dedicación de los jóvenes profesionales que, como ella, han decidido poner su conocimiento y habilidades al servicio de comunidades vulnerables.

“Desde el primer día que entré a la Facultad deseé hacer mi Servicio Social en una modalidad rural. Elegí Oaxaca porque cuando era niña vivía aquí, la sede de Santa María Colotepec es nueva, no tenía ninguna referencia sobre ella, así que me aventuré a venir con fe y confiando en mis habilidades”, recordó Paulina.

El trabajo que realiza es fundamental. A través de consultas diarias, campañas de prevención y promoción de la salud, y su participación en programas de vacunación y educación sanitaria, ha contribuido significativamente a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Además de sus labores médicas, también ha desarrollado un vínculo especial con los habitantes de Santa María Colotepec. La confianza y el respeto mutuo han sido pilares en su trabajo, permitiéndole no sólo ofrecer cuidados médicos, sino también generar un impacto positivo en la comunidad. Su empatía y disposición para escuchar y entender las preocupaciones de los pacientes han sido claves en su labor.

“Lo que busco hacer en este año es acercar los servicios de salud a las personas de la comunidad, que tengan la confianza de venir sin temor a ser juzgadas y que sepan que aquí les vamos a ofrecer un servicio médico de calidad. Quiero generar pequeños cambios que van desde la alimentación, cantidad y consumo de alcohol, y algunos otros que mejoren su calidad de vida”, indicó.

Asimismo, agregó que “he mejorado mis habilidades para comunicarme con los pacientes, debemos entender que no todos tienen la misma paciencia, tolerancia o el mismo grado de estudios. Debemos aprender a brindarles un trato adecuado y mejorar nuestras capacidades de explicar las patologías de manera que todos puedan entenderlas. No venimos a cambiarles sus costumbres ni sus creencias, sino a integrarles la parte de la salud a lo que ya existe y tratar de implementarlo”.

Fuera de los retos profesionales, Paulina ha enfrentado diversas dificultades logísticas en su día a día. La falta de internet y señal de celular ha complicado la comunicación y el acceso a información médica en línea. En ocasiones, las interrupciones en el suministro de electricidad han afectado tanto su trabajo como su vida personal. Por otro lado, la presencia de alacranes y tarántulas ha representado un desafío adicional, recordándole constantemente la necesidad de adaptarse y estar preparada para cualquier situación.

Finalmente, espera que su experiencia en el Servicio Social le ayude a futuro como médica general y a mejorar sus habilidades clínicas. “Aquí en el Centro de Salud hasta que cometes un error es que aprendes, te das cuenta cuáles son las áreas de oportunidad en las que puedes intervenir. Creo que todo mi aprendizaje de este año será de mucha ayuda en el futuro, hay cosas que sin las prácticas no adquieres el conocimiento, aunque las repases y repitas en tu mente no será lo mismo que vivirlo en carne propia y poner a prueba tus capacidades”.

La experiencia de Paulina en Santa María Colotepec es un claro ejemplo de la importancia del Servicio Social en la formación de los médicos. No sólo se trata de aplicar conocimientos teóricos, sino de desarrollar una sensibilidad hacia las necesidades de las comunidades más vulnerables y de entender el papel crucial que los médicos pueden desempeñar en la mejora de las condiciones de vida de estas poblaciones.

Diego García