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El piano es el único instrumento cuyo rango tonal es capaz de abarcar todos los de una orquesta clásica, debido a su arquitectura compuesta por, aproximadamente, 12 mil piezas. Gustavo Ortiz Chávez, alumno de cuarto año de la Licenciatura de Médico Cirujano, ha encontrado en la complejidad de este instrumento una manera de expresarse y acercarse al arte.

“El objetivo del estudio de la Medicina es el humano, y para comprenderlo, lo más inmediato es conocerse a sí mismo. Entonces una forma de adentrarte a esa humanidad es a través de las artes y humanidades, ya sea la filosofía, la música o el teatro. Estas formas de expresión hacen a uno cuestionarse cosas, procesar emociones y conocerse en lo profundo. Y justo eso ayuda mucho al entendimiento de los pacientes”, explicó Gustavo.

Su camino en la música inició cuando era un niño, y veía a sus hermanos tomar clases de piano. En su afán de imitarlos, empezó a tocar las teclas sin saber leer partituras, únicamente copiaba los sonidos.

“Recuerdo que tocar el piano lo tomaba como una extensión de mis emociones, cuando estaba muy enojado, tocaba y hacía mucho escándalo, o cuando estaba aburrido tocaba sólo una tecla durante horas”, indicó al asegurar que su pasión por la música ha sido permanente, por lo que en la preparatoria comenzó a leer sobre su historia.

Actualmente, él no ha dejado su lado artístico, pero también ha encontrado otras pasiones como la enseñanza, al ser instructor de Inmunología. “Me di cuenta de que me gustaba y se me facilitaba mucho explicar a mis compañeros los temas de Anatomía y Embriología. Cuando llevé Inmunología, me enamoré de la materia y el profesor Isaac Vázquez me dijo que sería bueno para exponer los temas y de ahí nació la chispa por enseñar”, recordó.

Eric Ramírez