La Declaración de Alma-Ata se realizó en 1978, en ella se reconoció la importancia de la atención primaria de salud como parte esencial del sistema de salud y pieza clave en el desarrollo comunitario. El año 2000 fue crucial para evaluar los efectos de esta Declaración, pues para esta fecha se planteó que todas las comunidades del mundo alcanzarían un nivel de salud que les permitiría llevar una vida social y económicamente productiva; desafortunadamente, este objetivo no se logró.

Desde 1978 el concepto de atención primaria de salud ha evolucionado; en el año 2019 la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Comisión de Alto Nivel de los Derechos Humanos brindaron una nueva conceptualización al señalar que quien debe garantizar la salud es el Estado.

En este contexto, surgió el modelo de Atención Primaria de Salud Integrado Mexicano (APS-I Mx), lo cual se tradujo en modificaciones al artículo 77 de la Ley General de Salud, donde se establece que la protección a la salud será garantizada por el Estado, bajo criterios de universalidad e igualdad; asimismo, deberá generar las condiciones que permitan brindar el acceso gratuito, progresivo, efectivo, oportuno, de calidad y sin discriminación a los servicios médicos.

“El modelo APS-I Mx inicia desde el primer contacto con la persona para la prevención y promoción para conservar la salud y, una vez que la condición de salud lo requiere, continúa con la atención asistencial ambulatoria primaria del primer nivel de atención, para aumentar según la complejidad y especialización de la atención a la condición de salud que requiere la persona”, informó el doctor Javier Valdés Hernández, Académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En el Seminario Permanente de Salud Pública, moderado por el doctor Ariel Vilchis Reyes, el doctor Valdés Hernández explicó que este modelo toma en cuenta el papel de los determinantes sociales de la enfermedad y la intervención de los sistemas educativo, económico, político y social.

Por otra parte, el académico explicó que los distritos de salud (antes jurisdicciones sanitarias) son el elemento operativo del APS-I Mx, ya que a través de éstos se establece la coordinación de acciones dentro del territorio de responsabilidad; estas acciones se orientan a vigilar el cumplimiento de la normatividad en instituciones de salud, coordinar la prestación de los servicios, impulsar la participación comunitaria e identificar y atender los riesgos de salud en el entorno. Los distritos se integran por una jefatura y distintas coordinaciones que, a su vez, cuentan con divisiones para gestionar, planear, coordinar y supervisar los objetivos del programa de atención a
la salud.

En este sentido, el modelo requiere redes colaborativas a nivel comunitario, regional y estatal que favorezcan la comunicación entre los diferentes niveles de atención, desde la atención ambulatoria hasta la alta especialidad, para brindar un seguimiento integral al paciente.

Ricardo Ambrosio