Por mucho tiempo la práctica médica se enfocó selectivamente en la reproducción, sin considerar aspectos como la libre decisión reproductiva, la privacidad de las usuarias y mucho menos el placer, derechos sexuales que actualmente se incluyen también como parte fundamental de la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

En el Seminario Permanente de Género en Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM, transmitido por Facebook Live y moderado por la doctora Luz María Moreno Tetlacuilo, la doctora Mónica Jasis Silberg, consejera consultiva en el Instituto Nacional de las Mujeres e integrante de The Women´s Major Group en la Organización de las Naciones Unidas, reflexionó que para garantizar el respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres durante la prestación de servicios de salud se requiere hacer cambios desde la educación de proveedores de salud.

Asimismo, recordó que estos derechos se reconocieron como parte de los derechos humanos en las conferencias internacionales durante los noventa y finalmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el 2010, gracias a organizaciones de mujeres y sociedades civiles que cuestionaron y evidenciaron esta necesidad. La doctora Jasis recalcó la discordancia existente entre el avance en el reconocimiento global de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de las personas de la diversidad sexual, por un lado, y la práctica en la atención de salud, por otro, y que no se ha integrado para la práctica de la atención en salud, el análisis de los contextos de interseccionalidad, de desigualdad social y de género en el que viven las personas.

Apuntó que se ha documentado la vulneración a los derechos reproductivos de las mujeres en su diversidad, incluyendo la violencia obstétrica, la intervención no consentida y la falta de respeto se presentan con mayor frecuencia en instituciones públicas. Por ejemplo, en cuanto a los derechos sexuales de personas trans, el hecho de que la mayoría de intervenciones quirúrgicas las realicen en el medio privado, se pudiera interpretar como desconfianza de esa comunidad en las instituciones públicas.

Fotografías: Brisceida López

Para incidir positivamente, la experta hizo algunas sugerencias: incluir las temáticas de los derechos sexuales y reproductivos, del derecho a decidir de las mujeres diversas, de la anticoncepción y del aborto, contextualizadas socialmente e interseccionalmente a los programas de estudio, para formar profesionales sensibilizados, competentes y atentos; y también la evaluación inmediata de la atención en salud, una vez recibida por parte de las usuarias, donde ellas puedan expresar cómo se sintieron y qué les hizo falta durante la consulta, considerando sus derechos sexuales y reproductivos.

También, rescató los avances logrados: ahora se cuenta con encuestas nacionales como la ENDIREH, que investigan las necesidades de las mujeres; los avances en los conceptos de la OMS y de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia sobre derechos sexuales y reproductivos, donde ya se centra a la mujer como protagonista de la toma de decisiones, se busca respetar el derecho al aborto y disminuir el aborto inseguro.

Aún queda trabajo por hacer, pues la educación sexual integral, el acceso libre a la anticoncepción, la erradicación de la violencia contra las mujeres y el acceso al aborto por decisión en todo el país todavía no son una realidad; sin embargo, existen organizaciones como la Red de Médicas por el Derecho a Decidir en México que apoyan estas causas.

Luisa Vera