Para reconocer su gran trayectoria docente y académica, la Facultad de Medicina de la UNAM en colaboración con la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) realizó un homenaje al doctor Pelayo Vilar Puig.

“Quiero expresar mi sincero agradecimiento al doctor Vilar Puig por darnos la oportunidad de rendirle homenaje en este recinto, pues a lo largo de muchos años desempeñó un papel fundamental en nuestra Facultad; él dirigió la División de Estudios de Posgrado y fue guía de numerosos estudiantes en el campo de la Otorrinolaringología”, expresó el doctor Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina, al dar la bienvenida al homenaje celebrado en el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas”.

Por otro lado, comentó que quienes conocen al doctor Vilar saben de su rectitud, de sus cualidades de organización casi extremas, del perfeccionismo que heredó a sus hijos y nietos, del uso exquisito y correcto del lenguaje, del amplio sentido de la ética, creatividad y habilidad manual, y del amor y dedicación por su familia y amigos, pues además de ser el patriarca también se preocupaba por su círculo cercano y por proteger a los menos afortunados: “Quisiera resaltar su amor y pasión por Cataluña, su tierra natal, y por México, su lugar de acogida; sin duda, mi padre ha logrado todo y más”.

Asimismo, extendió su gratitud a la familia y amigos del homenajeado, con quienes preparó una serie de mensajes que destacan la trayectoria docente y académica de este ilustre médico, afirmando que el doctor Vilar Puig es un ejemplo no sólo en lo profesional, sino también en su forma de llevar una vida ejemplar.

El doctor Antonio Soda Merhy, Miembro Titular de la ANMM, comentó que desde el instante en que lo invitaron a participar en esta ceremonia, tuvo la intención de encontrar un justo equilibrio para expresar no solamente la brillante trayectoria profesional del doctor Vilar Puig, sino también la vida de un gran humanista: “Nos conocimos en la década de los 70, cuando ambos éramos especialistas y comenzábamos nuestras trayectorias en el ámbito institucional, docente y académico. Desde entonces, forjamos una entrañable amistad, no sólo basada en afinidades e inquietudes compartidas en torno a la Medicina, también arraigada en valores profundamente humanos, como la fraternidad y una sólida vocación de servicio”.

Además, compartió varias anécdotas que vivieron juntos, resaltando que uno de los méritos más sobresalientes del homenajeado fue haber alcanzado la Presidencia de la ANMM, siendo que, a lo largo de los 159 años de existencia de esta prestigiosa institución, únicamente cinco otorrinolaringólogos han ocupado tan distinguido cargo. Agregó que “las coincidencias de vida que hemos tenido han fortalecido una larga amistad que perdura hasta la fecha, y que con el tiempo se ha convertido en una verdadera hermandad entre nosotros y nuestras familias. Con mucha emoción, dirijo estas palabras en honor a una gran persona, un excelente médico y, sobre todo, un magnífico amigo”.

El doctor Alejandro Camelo Schwartz, otorrinolaringólogo y cirujano de cabeza y cuello, destacó que existen maestros extraordinarios en diversas facetas; algunos destacan por su profundo conocimiento y habilidades de enseñanza, otros por ser investigadores, innovadores y vanguardistas; también están quienes son brillantes clínicos y cirujanos, mientras que otro porcentaje son humanistas y patriotas. Sin embargo, cuando alguien logra reunir todas esas virtudes, se convierte en digno merecedor de un homenaje como el que recibe el doctor Vilar Puig: “Sólo pueden aspirar a este tipo de reconocimientos personas extraordinarias como usted, haber sido su alumno fue un honor y un gran compromiso”.

“Maestro, debe sentir un profundo orgullo al ver que varios de sus exalumnos ocupan o han ocupado cargos de liderazgo en los mejores hospitales de México, muchos otros son otorrinolaringólogos destacados en el país y en el extranjero. Aprendimos invaluables lecciones a su lado, pero el mensaje más claro que nos transmitió fue la importancia de ejercer nuestra profesión con honestidad; las enseñanzas que recibimos de usted se han convertido en un legado que llevamos con nosotros y que, de una u otra manera, hemos compartido con nuestros pacientes, aprendices, familias y con la sociedad en general. Imagine a cuántas almas ha tocado”, agregó el doctor Camelo Schwartz.

En su oportunidad, la doctora Diana Vilar Compte, académica de la Facultad de Medicina, integrante de la Academia Nacional de Medicina de México e hija del homenajeado, comentó que “el hecho de que hoy me encuentre aquí como exalumna de esta Facultad, profesora en la misma y miembro de la ANMM no es producto de la casualidad. Si bien es cierto que el genotipo pudo haber influido de alguna manera, la educación que recibí en casa y el ejemplo de mi padre y de mi abuelo, el doctor Pelayo Vilar Canales, ambos profesionales de la salud, científicos y humanistas, me enseñaron desde muy temprana edad lo que significa ser médico en toda su amplitud”.

Fotografías: Brisceida López

En su intervención, la doctora Vilar Compte proyectó un video en el que Andreu, Elina, Isabel, Miquel, Sergi y Xavier compartieron algunas de las anécdotas más entrañables que han vivido al lado de su abuelo, el doctor Vilar Puig, y expresaron conmovedoras palabras sobre el homenajeado.

Por su parte, el doctor Vilar Puig agradeció a quienes participaron: “Quiero dar testimonio de que en mis pensamientos y sentimientos siempre han estado presentes los valores que deben guiar el trabajo de un maestro, es así como he disfrutado de este prolongado y fascinante trayecto de mi vida, junto a mis alumnos de pregrado y posgrado”. Asimismo, compartió un poco de su historia; sus padres contrajeron matrimonio, y poco después, él nació en Cataluña. Destacó que a pesar de haber crecido en una época tumultuosa, marcada por la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, sumado el hecho de que su padre fue exiliado a México, nada de eso logró separar a su familia.

Finalmente, el homenajeado recitó un fragmento del poema ¡Oh, este viejo y roto violín! de León Felipe, un poeta del exilio republicano, y expresó a manera de metáfora que “a través de esta poesía, deseo compartir mis sentimientos a mis 86 años. Le pido al maestro Felipe, donde quiera que esté, que me preste este verso para continuar tocando durante unos años más, de esta manera podré seguir acompañado de personas tan bondadosas como las que se encuentran aquí, seres amantes de la libertad y la justicia”.

Karen Hernández